Algo tienen en común dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, que destacan del resto, ya que pocos políticos en la historia de la nación se han atrevido a desafiar por temor a la institución más poderosa sobre la tierra, la Reserva Federal (Fed)
Hasta ahora Bernie Sanders y Rand Paul candidatos en lados opuestos, hablan de vigilar las actividades de la Reserva Federal que como está más que dicho, es tan Federal como Federal Express. Lo que se busca principalmente, es supervisar la determinación de la política monetaria, planificación que se realiza por completo a puertas cerradas y puede llegar a transmitirse 5 años después de las reuniones ultra secretas.
Aunque con ideales distintos, ambos políticos creen que la institución privada aún goza de un ilimitado poder. Rand Paul hijo del famoso congresista Ron Paul, está en desacuerdo con los fundamentos detrás de la Fed; por ejemplo, en determinar el valor del dólar; argumentando que la moneda no debería estar respaldada sólo por fe y crédito, sino que el país debería volver al patrón oro. De esta manera piensa que se terminarían con los inminentes auges y colapsos a los que estamos acostumbrados.
El pasado martes los demócratas bloquearon una legislación del congresista Rand Paul que permitiría auditar y tener mayor transparencia en la política monetaria de la Reserva Federal; el sistema de banca central que fija las tasas de interés y gestiona la oferta monetaria de la nación.
Este proyecto de ley tuvo el apoyo de la mayoría de los republicanos, una demócrata llamada Tammy Balwin y el independiente Bernie Sanders, quien buscaba la nominación presidencial demócrata y se quedó corto a unos votos para su consideración.
La cruda realidad es que estas medidas para auditar a la Fed han tenido un éxito muy limitado desde la crisis del 2008, con plutócratas que intentan justificar la independencia de la que goza el banco central, argumentando que los intereses políticos no deberían influir en las decisiones que la Fed toma en beneficio del país, saliendo incluso el ex presidente del banco central Ben Bernanke a su defensa en una publicación, poco antes de votar por este proyecto de ley.
Lo que resulta gracioso, pues en una auditoría se descubrió que al señor Bernanke se le perdieron unos cuantos miles de millones de dólares en algunos bancos extranjeros, tras la catástrofe en el 2008, admitiéndolo ante el congreso en el 2009.
Por su parte, Rand Paul desmiente argumentos cínicos en contra de la transparencia y la auditoría rigurosa, al mencionar que hay una puerta giratoria entre la Reserva Federal, El Tesoro y Wall Street; siendo demasiado predecibles para ver sus intenciones de enriquecer a los grandes bancos y tenedores de activos a expensas de todos los demás.
A pesar de la derrota en esta iniciativa, Ron Paul ex representante de Texas (padre de Rand) cree que ha sido un éxito llevar esta propuesta más lejos de lo que se esperaban. Enfatizando que Ron es de los pocos políticos que entienden la economía e incluso tenía mayores expectativas que su hijo al querer desmantelar la inconstitucional Reserva Federal que viola el Artículo 1, Sección 8 de la Constitución Estadounidense, que asigna al Congreso la facultad de acuñar moneda. Y no a algún banco central avariento que establece un sistema de deuda perpetuo desde 1913.
Ron comparte que no cree que el favorito del partido Republicano: Donald Trump apoye esta iniciativa de ley, ya que él forjó su fortuna de la banca y el sistema Fiat, volviéndolo muy rico sobre todo en el auge inmobiliario antes de la última catástrofe financiera. Y establece, que lamentablemente sea necesario una nueva crisis para que la gente entienda la magnitud del problema, convencido de que llegará muy pronto.
Al igual que el inesperado Richard Fisher ex presidente de la Reserva Federal de Dallas, quien sonriendo admitió que la creación excesiva de dinero logró la recuperación del mercado mediante un efecto riqueza y ahora una mala digestión es probable, añadiendo en su entrevista que “la Fed no tiene más municiones para ayudar a los mercados”
Una vez más los banqueros han ganado, sin embargo el mensaje de libertad se está difundiendo.