Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
La mejor manera de describir cómo han operado las acciones y los mercados de divisas este mes es la volatilidad errática. Esto puede no ser inusual para octubre, que es históricamente el mes más volátil para las acciones, pero la capacidad del mercado para ignorar las eventualidades que cambian las reglas del juego es impresionante. La única explicación racional para el movimiento de 500 puntos del Dow es que los inversores miran más allá de las luchas políticas a corto plazo sobre el eventual paquete de estímulo. El presidente Trump ha publicado un tuit en el que ha dicho que está listo para firmar un proyecto de ley de estímulo independiente y, en una demostración de fuerza, ha vuelto a trabajar desde el Despacho Oval. Independientemente de quién gane las elecciones, un importante paquete de estímulo está en camino y la única pregunta es cuántas empresas sobrevivirán hasta entonces. Los traders de acciones son demasiado optimistas si creen que la Cámara aprobará los cheques de las ayudas sin un acuerdo más amplio o que la economía estadounidense pueda soportar un mayor deterioro económico sin estímulos antes de fin de año. Los traders de acciones y de divisas están reaccionando a todos los contradictorios titulares de la Casa Blanca y es probable que esta tendencia continúe hasta el 3 de noviembre.
Mientras tanto, las actas del FOMC han evitado que el dólar repunte con respecto a las demás monedas principales. Una de las pocas excepciones fue la del par USD/JPY, que ha interrumpido una larga racha de una semana para acabar registrando su cota más alta desde el 14 de septiembre. Sin embargo, el aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense sugiere que las actas no les importan realmente a los inversores. Al alterar su objetivo de inflación y, a su vez, sus orientaciones prospectivas, el banco central duplicó su política acomodaticia y dejó muy claro que los tipos de interés se mantendrán inalterados los próximos años. Están abiertos a un estímulo monetario creciente, pero eso es poco probable a menos que las acciones se desplomen debido a una segunda oleada de coronavirus en Estados Unidos o a un deterioro repentino de la salud del presidente Trump.
La moneda que mejor rendimiento ha ofrecido ha sido el dólar australiano, que ignoró completamente el deterioro de los datos del PMI. Según el último informe, la contracción de la actividad del sector servicios de Australia se ha intensificado con la caída del índice PMI de 42.5 a 36.2 puntos. Ahora hemos visto una evidencia del debilitamiento de los sectores manufacturero y de los servicios en el mes de septiembre, que podría justificar una corrección más profunda del dólar australiano. Lo mismo ocurrió con el dólar canadiense, que se recuperó a pesar de la fuerte caída PMI Ivey. El índice cayó de 67.8 a 54.3 puntos el mes pasado. Incluso el movimiento en Nueva Zelanda fue contradictorio, ya que el movimiento de la divisa de la nación se separó del de su homóloga australiana sin ningún catalizador en particular.
El euro se recuperó a pesar de la inesperada caída de la producción industrial de Alemania. Tras el fuerte aumento de los pedidos industriales, los economistas esperan un aumento del 1.5% de la producción industrial, pero en cambio, cayó un 0.2%. Además, los casos de coronavirus han registrado máximos históricos en Francia y España. Francia está ahora en su nivel de alerta más alto, mientras que España ha advertido de unas semanas muy duras después de que los casos de coronavirus superaran los 800,000. Se han anunciado nuevas restricciones en muchas naciones de la eurozona, entre ellas Italia y España.
Nada es más importante para la libra esterlina que las negociaciones del Brexit. Al igual que las conversaciones de estímulo de Estados Unidos, se han hecho muy pocos avances y el desacuerdo entre ambas partes sigue siendo muy amplio. La mayoría de los titulares positivos han venido del Reino Unido, mientras que la mayoría de los titulares de la UE están llenos de escepticismo. Al fin y al cabo, aunque ambas partes pueden salir perdiendo con un Brexit sin acuerdo, la UE tiene ventaja y se está cansando de este baile político. Un acuerdo sigue siendo posible y el último repunte de la libra esterlina es una señal de que los inversores son optimistas. El Gobierno británico está a punto de establecer restricciones más estrictas que podrían frenar la frágil recuperación del país.