Esta semana en uno de los (siempre) interesantes artículos de Macario Schettino en El Financiero, titulado “Contabilidad creativa”, hace referencia a lo que más claramente podríamos calificar como un “maquillaje” a la estabilidad financiera y económica de México.
Y es que Macario tiene razón: aunque la secretaría de Hacienda anunció que logró su meta de “superávit primario” (eufemismo para lo que todavía sigue siendo a pesar de todo un déficit fiscal) de 1.1 por ciento del PIB, se tomaron 125 mil mdp del “cochinito” guardado en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir el boquete generado por la caída de ingresos fiscales, en particular, del tercer y cuarto trimestre 2019.
Pero el tema como le digo es que incluso si hubiera un real superávit primario, con una economía en recesión las finanzas públicas se siguen deteriorando. ¡Es evidente!
Partiendo de ahí, es más grave que con una caída del PIB en 2019 se haya recurrido a “ahorros” (sólo por llamarles de alguna manera, aunque en realidad no lo sean) para maquillar las finanzas públicas y hacerlas lucir mejor en el papel de lo que en realidad están.
El problema NO está en usar o no usar el “guardadito”. Todos lo hemos hecho con el gasto familiar, estoy seguro. El tema aquí es el apetito por el derroche, por el cumplimiento de los caprichos presidenciales a cualquier costo. Alcanzó por ahora para cubrir el agujero fiscal, pero no hay “colchón” financiero que dure para siempre.
De hecho, al FEIP le quedará más o menos la mitad de los 260 mil mdp antes de la “rasurada” que le dio Hacienda. ¿Ahora entiende mejor por qué renunció al puesto Carlos Urzúa?
La cosa no para ahí. Macario también destaca los 97 mil mdp que el gobierno le “prestó” a Pemex para pagar deudas de la Empresa Productiva del Estado. Queda claro que a López Obrador nunca le enseñaron que no se debe echar dinero bueno al malo, y que Pemex -la petrolera más endeudada del planeta- es un agujero negro que sólo quema efectivo en perjuicio de todos mexicanos.
Así que mientras se “quemaron” inútilmente casi 100 mil mdp en un infructuoso rescate de Petróleos Mexicanos, se despidió a miles de burócratas, se dejaron de comprar medicinas, equipo e insumos médicos, se pagaron indemnizaciones por los contratos cancelados por el NAIM, y se inició la construcción de la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya. Estos últimos, por cierto, proyectos financieramente inviables que de nuevo, dejarán más pérdidas al país.
En redes sociales y algunos medios tradicionales que no ocultan la realidad, abundan testimonios de cientos -si no es que miles- de personas afectadas por el desabasto de medicamentos; de gente que ha tenido que comprar insumos para la operación quirúrgica de sus familiares, mientras el presidente en sus conferencias matutinas promete que todo será “gratis”.
Vistas las cosas como son, el déficit fiscal de México ES ya mucho mayor cuando se considera que gran parte de ese costo el presidente decidió echárselo encima a los enfermos más pobres de este país.
Finalmente, Macario dice bien que en total hay 222 mil mdp que aparecen como “ingresos” en 2019 (los 125 mil del FEIP más los 97 mil mdp de Pemex) , pero que no son tales. Sin estos, el superávit primario casi desaparece, y como le digo, si a eso sumamos el desastre creado en el sistema nacional de salud, no queda nada del “maquillaje” de las finanzas públicas.
Macario concluye su texto diciendo que con una economía estancada es improbable que los ingresos presupuestarios mejoren, y sin recorte presupuestario, el déficit podría dispararse. Dado que es prácticamente imposible seguir recortando en rubros como salud, pensiones, servicio de la deuda y participaciones a estados y municipios, vamos directo al precipicio.
Ahora. Si piensa que 2020 será “mejor” que el año pasado, es posible que esté en lo correcto, pero eso no quiere decir que será bueno.
Aquí mismo hemos dicho que este será el año del “no pasada nada”, del “todo marcha bien”. Pero no es así.
No hay una sola señal que indique una corrección del rumbo, y de seguir así, México será como el “Titánic” estrellándose contra el iceberg.
El curso es tan notorio, que ya hasta las siempre tardías calificadoras de riesgo crediticio más influyentes están advirtiendo al público inversor.
Como les informamos a través de nuestro canal privado de Telegram, esta semana Moody’s y Fitch, se pronunciaron cada una por su cuenta en el sentido de que la recesión y el negro panorama del país, ponen en riesgo la nota crediticia de México, cuya degradación es inevitable -y quizá inminente-.
No todo es malo, ya que gracias a que los inversores especulativos continúan haciendo su “agosto” en los mercados financieros por las altas tasas de rendimiento que les pagamos (cortesía de Banxico) y fortaleciendo al peso, podemos comprar dólares y activos o mercancías cotizados en esa moneda, a precio de ganga.
La “nobleza” de la economía que hasta ahora sigue aguantando, no resistirá para siempre. La resaca de esta borrachera de gasto gubernamental será severa, y le aseguro que lejos de solucionar de fondo con una verdadera austeridad, nos van a subir los impuestos quizá tan pronto como en 2021. De dejar de regalar dinero a diestra y siniestra, ni hablar.
¿Puede imaginarse lo que pasará con la actividad productiva si y cuando suban los impuestos a las empresas y a los “ricos”? No hay que ser muy listo para preverlo.
Ante este escenario, en Top Money Report cada día hemos venido dando más peso e importancia a la parte de inversión en valor (la más segura y rentable en el mediano y el largo plazos), sobre la estrategia especulativa de ganancias rápidas mediante el trading.
Sin lugar a dudas, cuando ponemos en la balanza por un lado los posibles beneficios que se pueden conseguir a través del riesgoso trading, y por el otro la casi absoluta certeza de altos rendimientos por apostar en contra del peso y el futuro de la economía mexicana, nos inclinamos por completo por esta última.
Le recomendamos seguir la estrategia personal que les hemos recomendado con constancia y disciplina. Los frutos más que valdrán la pena. Si tiene dudas, consúltenos a través de WhatsApp o Telegram. Si ya leyó este boletín hasta aquí, no podrá decir que no le avisamos a tiempo.