Preludio de Wall Street: Todos pendientes de la venerable Janet Yellen. ¿Dirá de subir en marzo?
Tras tres días en los que Wall Street, en pleno, ha tocado nuevos récords históricos, hoy la cautela es evidente. Hoy no será el día de Trump, sino de Yellen. La presidenta de la Reserva Federal acudirá al Congreso para su testimonio semestral. Hoy comparecerá en el Comité Bancario del Senado y mañana en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. Y posiblemente nos diga que no den por hecho que la Fed no subirá tasas en la próxima reunión de mediados de marzo. Hay argumentos para poder subir: el dinamismo del mercado laboral y la fortaleza del crecimiento; las recientes presiones inflacionarias, con la inflación cerca de sus metas; y último, pero no menos importante, los riesgos que el reciente rally de Trump implica sobre la estabilidad financiera futura, más si tenemos en cuenta que el S&P’sx 500 no había estado tan caro desde el 2004.
Por tanto, será crucial escuchar a Yellen. Será a las 9:00 hora de México. No sólo su discurso a los legisladores, sino también sus respuestas al turno de preguntas a la que será sometida por los senadores. NO hay que olvidar que la posibilidad de una subida de tasas en marzo ya ha sido anticipada por algunos altos funcionarios de la Fed. Tal es el caso del presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, y del de la Fed de San Francisco John Williams.
Ante ese temor, y tras los récords de ayer, incluyendo a Apple (NASDAQ:AAPL), la empresa de mayor valor por capitalización bursátil, hoy prima la cautela. Y los futuros apenas se mueven a la espera de lo que diga Yellen. En el momento de escribir esta nota, los futuros del S&P’s 500 avanzan 0.5 pts y ajustados por “fair value” se aprecian 1.0 pts mientras que los del Nasdaq 100 ceden 0.5 pts y ajustados por “fair value” repuntan 0.3 pts. Los futuros del Dow apenas ganan 3.0 pts. Por tanto, será una apertura de parálisis, de tensión total.
Esa cautela se entiende más tras los datos de los precios al productor, que vinieron bastante presionados. El índice general aumentó un 0.6%, el doble de lo esperado por los analistas, por lo que la tasa anual se ubicó en 1.6%, por encima del 1.5% que estimaba el consenso. La subyacente, excluyendo alimentos y energía, se incrementó un 0.4%, también por encima del 0.2% previsto. La tasa anual se situó en 1.2%, superior al 1.1% del consenso.
La misma tensión se percibe en otros rincones del mundo. En Asia, el Nikkei perdió un 1.13% ante el derrumbe de Toshiba (T:6502), aunque el Hang Seng de Hong Kong apenas cedió un 0.03% y el Shangai Composite logró avanzar un 0.03%. En Europa, las bolsas están mixtas: pierde el Dax de Fráncfort (-0.06%), pero avanzan el Cac’40 de París (+0.04%) y el Ibex-35 de Madrid (+0.23%).
En las noticias corporativas, General Motors (NYSE:GM) gana un 3.6% luego de que el fabricante de autos PSA (AS:RDSa) dijera que está considerando comprar su unidad de Opel de Europa. También avanza el banco suizo Credit Suisse (SIX:CSGN). En Zurich sube casi un 3.0% luego de reportar unas pérdidas superiores a lo p´revisto, pero anunciar que prevé despedir a otros 5,500 trabajadores en el 2017 luego de reducir su plantilla en 7,250 empleados en 2016.
Rolls-Royce (LON:RR), por otro lado, cae un 3.4% luego de saberse que las utilidades de la empresa antes de impuestos se redujeron un 49% en el 2016. La compañía dijo que enero que llegó a acuerdos con autoridades del Reino Unido, Estados Unidos y Brasil sobre supuestas prácticas de sobornos.
En el sector tecnológico, el presidente de Toshiba dimitió luego de que la empresa revelara una depreciación de sus activos de 6,300 millones de dólares (mdd) en su negocio nuclear. La empresa no logró reportar antes de su fecha límite, lo que hizo que en Tokio la acción se despeñara un 8.0%, lo que explica el mal desempeño del Nikkei hoy.
Pero eso fue anoche. Ahora los ojos están puestos en Estados Unidos, y en lo que diga la venerable Janet Yellen en el Congreso.