El viernes pasado un grupo de terroristas armados con bombas y armas automáticas realizaron una serie de atentados en varios sectores de la capital francesa, acciones que cobraron la vida de más de 120 personas y que han desencadenado un incremento en los bombardeos en áreas de Siria tomadas por el grupo terrorista que se hace llamar Estado Islámico.
Los mercados financieros suelen reaccionar a este tipo de sucesos, aunque su efecto suele ser de corta duración, según lo señala la historia. Por ejemplo, de los eventos de las últimas cuatro décadas, en promedio, los ajustes a la baja en los índices accionarios se han recuperado en solo una semana, dentro de esos los más grandes fueron las bombas en el sistema de trenes en Madrid en 2013 y los ataques del 11 de setiembre en Estados Unidos; no obstante, ninguno de estos tomó más de 1 mes en recuperarse.
En esta ocasión los inversionistas parecen haber tomado en cuenta dicho precedente, por lo que los mercados financieros se aprecian muy tranquilos. De hecho, el CAC 40, índice de referencia francés, cerró este viernes a un nivel muy similar al del viernes previo; de igual forma, los índices en Estados Unidos se recuperaron e incluso presentaron ganancias importantes.
El petróleo, que pudo haberse beneficiado de una intensificación del conflicto en medio oriente, se mantiene a la baja a medida que los temores sobre el exceso de oferta se mantienen y debido a que Siria no es un productor significativo.
Por otra parte, lo que se vio afectado fue la cotización de la moneda común; el euro perdió un 0,68% con respecto al dólar, cotizándose cerca de los US$1,07. Este ha estado bajo presión debido a la divergencia en los caminos que tomarían la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, caminos que el ataque terrorista podría intensificar sobre todo si se ve afectada la confianza del consumidor y el turismo, lo que incentivaría a la entidad monetaria local a tomar mayores medidas.
En cuanto al impacto de largo plazo, mucho dependerá de las reacciones de las autoridades, así como de la forma en que responda el electorado. Por el momento es probable que partidos con un perfil más hostil hacia la migración podrían verse beneficiados, dificultando una solución rápida al problema de refugiados que afecta el continente.