(Actualiza con más información)
BUENOS AIRES, 18 mar (Reuters) - La carga de granos en el puerto de Rosario, el principal polo agroexportador de Argentina, estaba normalizada el miércoles luego de que el Gobierno argentino publicó una resolución que aclaraba protocolos sanitarios para el comercio naviero, dijo la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM).
El polo agroexportador de Rosario y otras terminales de granos de Argentina registraron demoras en los últimos días debido a incertidumbre con respecto a la aplicación del cierre de fronteras a extranjeros por 15 días para contener la expansión del coronavirus que el Gobierno anunció el domingo.
Sin embargo, el Ministerio de Transporte argentino publicó el martes una resolución en la que detalló los protocolos sanitarios para los tripulantes extranjeros de embarcaciones, desactivando a su vez temores de sindicatos, que en el caso del de los recibidores de granos amenazó con realizar una huelga.
"Dentro de lo que estamos viviendo, está todo normal (...) No hay demoras", dijo a Reuters Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM).
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el tercero de porotos de soja y de maíz. En la región de Rosario se embarca cerca del 80% de las exportaciones agrícolas y agroindustriales del país.
"No se llevaron adelante (las medidas de fuerza). Por ahora la actividad sigue normal", dijo a Reuters Pablo Palacio, el secretario general del gremio de recibidores de granos URGARA, que había anunciado una medida de fuerza debido a temores por contagio de sus miembros.
Hasta el miércoles se confirmaron 79 casos de coronavirus en Argentina, como también dos muertes.
Las exportaciones del sector agrícola y agroindustrial es la principal fuente de divisas del país sudamericano. El mantenimiento del funcionamiento de la actividad portuaria es fundamental para la nación que atraviesa una crisis económica mientras busca reestructurar una abultada deuda soberana.
(Reporte de Maximilian Heath; Editado por Walter Bianchi)