Por Rosalba O'Brien
SANTIAGO, 7 oct (Reuters) - Después de ocho años de una sequía que ha dejado campos secos y centros de ski sin nieve, una ráfaga de clima húmedo, posiblemente a causa del fenómeno de El Niño, ha sido bienvenida en la zona central de Chile.
Agosto y septiembre han dejado una cantidad de lluvias mayor al promedio en Chile, donde los tradicionalmente despejados cielos de la capital Santiago han sido reemplazados por oscuras nubes.
Existe un consenso entre los meteorólogos de que este año se está viendo un fuerte El Niño, un calentamiento de las aguas superficiales del Océano Pacífico que provoca alteraciones en las corrientes marinas y puede causar sequías en algunas partes del mundo e inundaciones en otras.
Si bien las fuertes lluvias pueden provocar destructivas inundaciones, El Niño también puede ser un fenómeno positivo para parte de Chile, porque alivia condiciones usualmente secas.
"Lo que si es claro que la zona central (de Chile) responde de manera positiva a un evento de El Niño fuerte, con más precipitación en primavera, que es justamente lo que ha estado sucediendo", dijo a Reuters Claudia Villarroel, experta del servicio nacional de meteorología.
La situación podría impulsar el crecimiento económico si es que sigue como un evento relativamente moderado, dijeron analistas de la correduría Credicorp Capital en un informe.
"En el caso de Chile, El Niño normalmente ha tenido una connotación positiva, pues las mayores lluvias y un clima más cálido tienden a beneficiar la agricultura y la generación de energía", agregaron.
La mayor cantidad de nieve en Los Andes ha creado una "reserva natural" tranquilizadora para los agricultores, dijo Juan Carlos Sepúlveda, presidente de la federación de productores de fruta Fedefruta. Sin embargo, advirtió de que si las lluvias continúan más allá de noviembre, podrían causar hongos en algunos frutos o afectar las cosechas.
Las nevadas han dado paso a un tardío auge en los centros de ski que rodean Santiago, los que sufrieron un retraso en la temporada debido a la escasez de precipitaciones en junio y julio, pero siguen operando en octubre.
No obstante, los expertos climáticos advierten de que las recientes lluvias no significan el fin de la sequía en Chile. A fines de septiembre, el total de agua caída en Santiago era todavía un 40 por ciento bajo la de un año normal. (Reporte de Rosalba O'Brien. Traducido por Felipe Iturrieta; Editado por Javier López de Lérida)