Por Roberta Rampton y Michael Martina
BUENOS AIRES, 1 dic (Reuters) - China y Estados Unidos acordaron el sábado un cese al fuego en su guerra comercial luego de una reunión de alto nivel en Argentina entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el mandatario chino, Xi Jinping, incluyendo la decisión de no aumentar aranceles el 1 de enero.
Trump dejará los aranceles sobre las importaciones chinas por un valor de 200.000 millones en una tasa del 10 por ciento y acordó no aumentarlas al 25 por ciento "en este momento", dijo la Casa Blanca en un comunicado.
"China acordará comprar una cantidad aún no determinada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales y otros productos de Estados Unidos para reducir el desequilibrio comercial entre nuestros dos países", agregó.
"China acordó comenzar a comprar productos agrícolas a nuestros agricultores de inmediato".
Los dos líderes también quedaron en iniciar de inmediato charlas sobre cambios estructurales en las transferencias de tecnología forzadas, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, intrusiones y robos cibernéticos, los servicios y la agricultura, dijo la Casa Blanca.
Ambos países acordaron que intentarán que esta "transacción" se complete en los próximos 90 días, pero si eso no sucede, los aranceles del 10 por ciento se elevarán al 25 por ciento.
El máximo diplomático del gobierno chino, el consejero de Estado Wang Yi, dijo que las negociaciones se llevaron a cabo en un "ambiente amistoso y cándido".
"Los presidentes acordaron que las dos partes pueden y deben lograr relaciones bilaterales adecuadas", dijo Wang a reporteros, agregando que acordaron más intercambios en los momentos apropiados.
"La discusión sobre temas económicos y comerciales fue muy positiva y constructiva. Los dos jefes de Estado llegaron a un consenso para detener el aumento mutuo de las nuevas tarifas", dijo Wang.
Las dos partes "intensificarán las negociaciones" hacia la eliminación total de todos los aranceles adicionales, dijo Wang.
"China está dispuesta a aumentar las importaciones de acuerdo con las necesidades de su mercado interno y las necesidades de la gente, incluidos los productos comercializables de Estados Unidos, para aliviar gradualmente el desequilibrio en el comercio bilateral", agregó el consejero.
"Las dos partes acordaron abrir mutuamente sus mercados, y mientras China avanza en una nueva ronda de reformas, las preocupaciones legítimas de Estados Unidos pueden resolverse progresivamente".
Los anuncios se produjeron después de que Trump y Xi se reunieron con sus ayudantes en una cena de trabajo al final de una reunión de dos días de líderes mundiales en Buenos Aires, en sus intentos por apaciguar una disputa que desconcertó a los mercados financieros mundiales y afectó a la economía mundial.
Después de la reunión de dos horas y media, el economista jefe de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo a reporteros que las conversaciones fueron "muy bien", pero no ofreció detalles cuando abordó Air Force One y se dirigió a Washington con Trump.
El objetivo de China era persuadir a Trump de que abandonara los planes para aumentar los aranceles de 200.000 millones en productos chinos al 25 por ciento en enero, desde la tasa del 10 por ciento actual. Trump había amenazado con hacer eso, y posiblemente agregar aranceles sobre 267.000 millones en importaciones, si no había progreso en las conversaciones.
Con Estados Unidos y China en conflicto por el comercio, los mercados financieros se moverán al resultado de las conversaciones, consideradas como la reunión más importante de los líderes de Estados Unidos y China en años.
El encuentro se produjo poco después de que el Grupo de las 20 mayores economías del mundo respaldara una revisión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que regula las disputas comerciales internacionales, marcando una victoria para Trump, un crítico acérrimo de la organización.
Trump le dijo a Xi al comienzo de su reunión que esperaba que lograrían "algo grande" en el comercio para ambos países. Fue una señal positiva cuando se sentó frente a Xi, a pesar de las amenazas anteriores del presidente de los Estados Unidos de imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas tan pronto como el próximo año.
Sugirió que la "relación increíble" que él y Xi habían establecido sería "la razón principal" por la que podrían avanzar en el comercio.
Xi le dijo a Trump que solo a través de la cooperación, Estados Unidos y China podrían servir al interés de la paz y la prosperidad. Washington y Pekín también han estado cada vez más en desacuerdo con la seguridad en la zona de Asia y el Pacífico.
Al mismo tiempo, Trump volvió a plantear a Xi su preocupación por el envío del fentanilo opioide sintético desde China a los Estados Unidos, instando al líder chino a colocarlo en una "categoría restringida" de drogas que lo criminalizaría.
La Casa Blanca dijo que Xi, "en un maravilloso gesto humanitario", había acordado designar al fentanilo como sustancia controlada.
Xi también dijo que estaba dispuesto a aprobar el acuerdo Qualcomm-NXP no aprobado previamente en caso de que se lo presentara nuevamente, agregó la Casa Blanca.
"Esta fue una reunión asombrosa y productiva con posibilidades ilimitadas tanto para Estados Unidos como para China. Es un gran honor trabajar con el presidente Xi", dijo Trump en el comunicado.
REFORMAS A LA OMC
Más temprano el sábado, los líderes de las principales economías del mundo pidieron una reforma de la OMC en su declaración final de la cumbre.
Los funcionarios expresaron alivio de que se alcanzara un acuerdo sobre el comunicado después de que los negociadores trabajaran toda la noche para superar las diferencias sobre el lenguaje en torno del cambio climático.
El texto final reconoció al comercio como un importante motor del crecimiento global, pero solo hizo una referencia pasajera a "los problemas comerciales actuales" después de que la delegación de los Estados Unidos logró mantener cualquier mención al proteccionismo fuera de la declaración.
Trump ha criticado el superávit comercial de China con Estados Unidos, y Washington acusa a Pekín de no jugar de manera justa en el comercio. China considera a Estados Unidos proteccionista y se ha resistido a lo que ve como intentos de intimidación.
Los dos países también están en desacuerdo con los extensos reclamos de China en el Mar de China Meridional y los movimientos de buques de guerra estadounidenses a través del muy volátil Estrecho de Taiwán.
Además de los aranceles a los productos chinos, Trump impuso este año aranceles a las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos. Varios países han presentado litigios ante la OMC para impugnar los gravámenes.
Estados Unidos no está contento con el hecho de que la OMC no haya responsabilizado a China por no abrir su economía como se esperaba cuando se unió al organismo en 2001. La Unión Europea también está presionando para que se realicen cambios radicales en el funcionamiento de la OMC.
EL COSTO DEL CONSENSO
Los delegados del G20 dijeron que las negociaciones sobre la declaración de la cumbre fluyeron más fácilmente que en una reunión de los líderes de Asia Pacífico hace dos semanas, donde el desacuerdo sobre el proteccionismo y las prácticas comerciales desleales impidieron un consenso.
Los funcionarios europeos dijeron que una referencia a los refugiados y la migración, un tema delicado para la administración de Trump, fue eliminada para garantizar el consenso.
En cuanto al cambio climático, Estados Unidos marcó una vez más sus diferencias con el resto del G20 al reiterar en la declaración su decisión de retirarse del Acuerdo de París y su compromiso de utilizar todo tipo de fuentes de energía.
Los otros miembros del grupo reafirmaron su compromiso de implementar el acuerdo de París y abordar el cambio climático.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que los altos niveles de deuda acumulada por las naciones con mercados emergentes era una preocupación.
Funcionarios de Estados Unidos dijeron que el llamado de los líderes del G20 al FMI y al Banco Mundial para mejorar el monitoreo de los niveles de deuda estaba dirigido a garantizar que las economías en desarrollo no estuvieran muy endeudadas con China para proyectos de infraestructura.
Se espera que Argentina, anfitrión de la cumbre del G-20, firme una serie de acuerdos con China el domingo durante una visita de Estado de un día de Xi.
Además del comercio y el cambio climático, la incautación de buques ucranianos por parte de Rusia provocó la condena de otros miembros del G-20, mientras que la presencia del príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman en la cumbre planteaba un dilema incómodo para los líderes.
El gobernante de facto de Arabia Saudita llegó en medio de una controversia sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, aunque los funcionarios saudíes dijeron que el príncipe no tenía conocimiento previo del asesinato.
(Reporte adicional Nicolás Misculin, Maximilian Heath, Scott Squires, Cassandra Garrison, Gabriel Burin, Michael Martina y Kylie Maclellan en Buenos Aires. Editado en español por Pablo Garibian)