Martí Quintana
México, 18 feb (EFE).- El recorte al presupuesto público de México para 2016 de más de 7.000 millones de dólares, sumado al alza de tipos de interés y el adiós a la subasta diaria de dólares para frenar la devaluación, fueron decisiones tan duras como inevitables a fin de lograr estabilidad financiera y atraer inversores.
El Gobierno anunció el miércoles un severo ajuste al presupuesto público de 132.300 millones de pesos (unos 7.249 millones de dólares), absorbido en su mayor parte por la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), para hacer frente al complejo entorno global caracterizado por el bajo precio del crudo.
Este ajuste, el tercero de gran envergadura en menos de un año, impactará negativamente en la economía del país, pero también aportará certidumbre y solidez, por lo que ha sido celebrada por los analistas.
"Se da una señal a los mercados de que se va a mantener la estabilidad financiera interna" y ello "va a mantener el atractivo en capitales y el grado de inversión", dijo a Efe el analista del Grupo Financiero Actinver Jaime Ascencio.
El economista de Banorte (MX:GFNORTEO) Alejandro Cervantes destacó que "el ajuste se tenía que hacer".
"La buena noticia es que a pesar de que va a representar un menor crecimiento para nuestro país, se están llevando a cabo las políticas fiscales adecuadas", señaló.
Para Banorte, el recorte, que equivale a un 0,7 % del producto interno bruto (PIB), conllevará una caída del crecimiento económico de 0,4 puntos porcentuales hasta el 2,3 % desde el 2,7 %, según las estimaciones para 2016.
Ello se debe a que la mayor parte del recorte será para Pemex y buscando unas finanzas "más eficientes". Son 100.000 millones de pesos (5.480 millones de dólares), un 21 % del presupuesto de la estatal para este año.
"Los inversionistas tendrán la certeza de que Pemex - que aporta un tercio de los ingresos del país- y su nuevo director, José Antonio González, tomará los cambios estructurales que necesita la paraestatal para funcionar de mejor manera", consideró.
Este jueves González confirmó que el ajuste supondrá despidos en la plantilla de Pemex, configurada por unos 150.000 empleados, aunque aclaró que en el tijeretazo se buscará sobre todo la reducción de gastos corporativos y administrativos.
El resto del ajuste, 32.300 millones de pesos (unos 1.770 millones de dólares) está compuesto en un 60 % por una reducción al gasto corriente del Gobierno y el resto a inversión, sin que afecte el área de seguridad o de programas sociales.
Este monto "no es tan cuantioso como para limitar de manera significativa las operaciones día a día del Gobierno", explicó Cervantes.
Este miércoles también fueron suspendidas las subastas de dólares usadas para proveer de liquidez el mercado cambiario y frenar la devaluación de la moneda y el banco central aumentó los tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 3,75 %.
Ambas acciones "van muy de la mano", detalló Cervantes, quien recordó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) había señalado con anterioridad que las subastas "no eran deseables".
Para este experto, la subida de tasas de interés no impactará fuertemente en México porque en el país la penetración bancaria -el acceso del sector privado a servicios bancarios o crediticios- es de apenas el 22 %.
"Consideramos que es una decisión fuerte, pero firme al final del día, importante y necesaria para controlar la presión en la moneda, en el tipo de cambio. Abriendo una mejor previsión hacia el resto del año para el peso", opinó Ascencio.
La divisa nacional respondió hoy con una apreciación del 3,3 % hasta ubicarse en los 18,25 pesos por dólar.
El gobernador del banco emisor, Agustín Carstens, alertó también de que la situación actual puede hacer tambalear los precios al consumidor, que cerró 2015 en un 2,61 %, desafiando la línea de consolidación del objetivo permanente de 3 %.
Para Cervantes, el disparo de la inflación puede controlarse con la subida del tipo de interés.
Pero no descartó que, tras la baja inflación del 2015, sea en este año cuando los establecimientos suban los precios finales de los productos importados, más caros por la depreciación del peso.
El recorte de más de 7.000 millones de dólares apuntala el programa de austeridad implantado por el Gobierno, que en 2015 anunció un recorte de 6.590 millones de dólares para ese año, de los cuales 3.286 millones de dólares recayeron en Pemex.
En septiembre del pasado año profundizó el ajuste al gasto con un recorte adicional de 5.140 millones de dólares para el presupuesto de 2016.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo la noche del miércoles a Televisa que estas medidas buscan garantizar la estabilidad ante la volatilidad internacional.
"Los precios del petróleo están caídos, están en el suelo, y el Gobierno no puede (...) permanecer pasivo. Estamos actuando en forma responsable para lo que significa la disminución de los ingresos", reconoció.