PEKÍN (Reuters) - Los comerciantes y corredores de cereales del segundo productor mundial de maíz están esforzándose por hacer previsiones sobre la vigilada cosecha china de maíz de este año, ya que las restricciones por el COVID-19 impiden viajar a las principales zonas de cultivo para su evaluación.
La cosecha de maíz de China es una de las más vigiladas del mundo, después que el mal tiempo y la escasez de suministros dispararan los precios el año pasado.
Las importaciones de maíz en 2021 se triplicaron con respecto al año anterior y los compradores también se abastecieron de trigo y otros granos del extranjero para sustituir el maíz nacional, que era muy caro, lo que elevó los precios mundiales.
Pero este año, una docena de comerciantes, corredores y consultores contactados por Reuters dijeron que no habían logrado hacer sus habituales visitas de inspección de cultivos al cinturón de granos del noreste de China para evaluar el progreso de la siembra.
Las visitas de una semana de duración a los cultivos, que suelen organizarse desde el comienzo de la temporada de cultivo en China, proporcionan información para que los expertos evalúen la salud de un cultivo y predigan el tamaño y la calidad de la cosecha.
Pero con gran parte de China bajo algún tipo de restricción para intentar contener la propagación del COVID-19, los viajes están en espera, incluso para las docenas de analistas con base en las principales ciudades, como Pekín y Shanghái, que están confinadas.
"Hay que tener en cuenta muchas cosas. Las pruebas diarias de COVID, si podrás salir de la carretera, en qué hoteles podrás alojarte, qué ruta puedes tomar. Es demasiado arriesgado", dijo un analista de una consultora que ha cancelado los viajes de este año para la siembra de maíz y la cosecha de trigo.
El analista declinó ser identificado dada la sensibilidad de hablar sobre la política de "cero contagios" de China.
Aunque los viajes se han visto interrumpidos con frecuencia desde el comienzo de la pandemia a principios de 2020, las restricciones y los confinamientos son ahora mucho más amplios y estrictos que en cualquier otro momento desde los primeros meses del brote.
Un confinamiento de semanas en importantes provincias productoras de cereales en el noreste retrasó el suministro de fertilizantes en primavera y significó que algunos agricultores no pudieron plantar maíz a tiempo.
(Información de Hallie Gu y Dominique Patton; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)