La criptoindustria siempre ha sido percibida como una perturbación de las normas de finanzas y tecnología. Una década después del lanzamiento de bitcoin [BTC], esa postura ha cambiado, y el criptoespacio se ve menos como un disruptor, y más como un desarrollador.
La reciente cumbre de Osaka, celebrada en Japón, se centró en una serie de temas en la intersección de la tecnología y las finanzas globales, con un punto clave entre ellos que se centra en los criptoactivos.