El reciente colapso de Wirecard (DE:WDIG) AG destaca las grandes dificultades regulatorias que enfrentan los procesadores de pagos digitales.
El potencial regulatorio está bajo el control de la Unión Europea y los Estados Unidos, los cuales buscan controlar el avance del fraude. Wirecard había sido el favorito del mundo tecnológico por algún tiempo. Alguna vez fue una de las 30 compañías más valiosas en Alemania, y Forbes la calificó como ‘una de las compañías tecnológicas más innovadoras’ en 2018.
Sin embargo, gran parte de esa percepción pública ahora parece ilegítima. El escándalo de Wirecard salió a la luz cuando la compañía informó que habían desaparecido más de 2 mil millones de dólares. El CEO de la compañía, Markus Braun, renunció y fue arrestado de inmediato.
¿Wirecard sin regulación? Los bancos generalmente enfrentan regulaciones más estrictas que otras compañías. Sin embargo, las empresas que tienen menos del 50% de sus negocios en sistemas de pago no califican como bancos.
Wirecard escapó del radar del regulador al mantener menos de la mitad de su negocio fuera del sector bancario. La compañía movió grandes fondos utilizando la contabilidad simple de una empresa que cotiza en bolsa.
Esto básicamente dejó de manos atadas a los reguladores y Wirecard podría mover los fondos sin supervisión. La brecha dejó espacio para fraudes sustanciales. Si bien la pérdida es enorme, puede ser la punta del iceberg. Más del 31% de las empresas fintech en Europa funcionan sin supervisión regulatoria.
Estas compañías incluyen grandes cantidades de procesadores de pagos digitales, incluidas las compañías de criptomonedas.
Propuesta de moneda digital europea El mundo de los pagos digitales ha sido objeto de un escrutinio similar en otros países. Por ejemplo, Estados Unidos ya está presionando por una mayor regulación del procesador de pagos digitales. Y a medida que Facebook (NASDAQ:FB), Google (NASDAQ:GOOGL) y otras grandes empresas tecnológicas se aventuran en el espacio, las llamadas solo se hacen más fuertes.
Los llamados a monedas soberanas digitales en Europa ya son fuertes. De hecho, varios estados de la Unión Europea están presionando al Banco Central Europeo (BCE) para que emita «unidades» de CBDC que podrían transferirse a través de la tecnología blockchain.
La creencia es que la moneda digital agregaría trazabilidad, lo que en última instancia reduciría la necesidad de una mayor supervisión regulatoria. En teoría, dicho sistema podría proporcionar una forma simple de reducir las prácticas fraudulentas como las de Wirecard.
Clima de control regulatorio Mientras Europa se está moviendo hacia las monedas digitales, Estados Unidos está haciendo lo contrario. La incursión de Facebook en el pago digital basado en blockchain con Libra se encontró con una gran oposición.
De hecho, la reciente iteración de la moneda, Libra 2.0, ha cambiado de una sola moneda LBR a una gran cantidad de stablecoins. La medida aparentemente busca el cumplimiento normativo.
A medida que el gobierno de Estados Unidos Continúa apretando, las compañías pueden enfrentar mayores niveles de escrutinio. Si bien esto no es una buena noticia para los estafadores, puede ofrecer cierta protección a los consumidores contra futuros Wirecard.
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