Dos de los tipos más raros de pérdida de audición ocurren en personas que tienen daño en el oído interno o que sufren de problemas en el nervio auditivo. Estos tipos de pérdida de audición son mucho más difíciles de corregir que la simple pérdida de audición relacionada con la edad, incluso con implantes de tronco encefálico diseñados especialmente para tratar estos defectos auditivos.
Ahora, gracias a los recientes avances en la investigación, los otorrinolaringólogos han inventado una nueva solución que utiliza un implante de electrodo de platino envuelto en silicona flexible para ofrecer esperanza a las personas con una discapacidad auditiva grave. Estos implantes son conformables, seguros para el cuerpo y resistentes sin la rigidez habitual de los implantes metálicos. Estos implantes están construidos con un mecanizado a nivel de micras inspirado en las técnicas de corte de papel kirigami.
Un audífono típico es un dispositivo médico que refuerza el sonido a través de sistemas electroacústicos. Estos sistemas alteran digitalmente el sonido ambiental para que sea audible para un paciente con pérdida de audición.
Sin embargo, cuando se trata de obtener un audífono, casi una cuarta parte de los usuarios informan que los audífonos no funcionan y, por lo tanto, no los necesitan. Un número similar de personas también dicen que son demasiado caras, mientras que 15 de cada 100 personas dicen que son demasiado incómodas para usarlas.
Mientras que muchas personas que sufren de discapacidad auditiva tienen una perspectiva negativa hacia los audífonos, los implantes auditivos de tronco encefálico o ABIs, como el recientemente desarrollado implante de platino flexible, están diseñados para conectarse directamente al tronco encefálico auditivo. Como implante neuroprotésico permanente, éstos pueden llegar a ser un estándar en el que el uso de una ayuda externa se hace innecesario, mientras que se trabaja mejor para abordar el problema subyacente.
Los nuevos implantes ya han sido sometidos a pruebas de laboratorio con éxito en ratones, y ya existe un prototipo de tamaño humano en funcionamiento. Actualmente, la investigación y el desarrollo del dispositivo están a cargo del equipo de Stéphanie Lacour en el Laboratorio de Interfaz Bioelectrónica Suave de la EPFL, en colaboración con médicos de Massachusetts Eye and Ear y de la Facultad de Medicina de Harvard. Los científicos que trabajan en el proyecto están llevando a cabo actualmente más investigaciones antes de comenzar los ensayos en humanos.
En pacientes humanos, estos dispositivos podrían utilizarse para restaurar la audición completamente donde antes sólo era posible una percepción parcial del sonido. Los investigadores también esperan que se puedan usar dispositivos similares en el cerebro, la columna vertebral e incluso en los nervios periféricos, donde se podrían usar para estimular o registrar la actividad neuronal y tratar una gran cantidad de enfermedades neurológicas.
¿Cree usted que los ABI flexibles envueltos en silicona son el futuro de la restauración auditiva? Háganos saber su opinión en los comentarios que aparecen a continuación.
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