Los bitcoiners internacionales volverán a mirar a El Salvador esta semana, pero a algunos les preocupa que la reciente y agresiva represión del gobierno contra el crimen de pandillas pueda socavar su posición en la comunidad bitcoin (BTC) .
El extrovertido presidente de la nación, Nayib Bukele, será uno de los oradores principales de la conferencia Bitcoin 2022, que se llevará a cabo del 6 al 9 de abril en el Centro de Convenciones de Miami Beach en Estados Unidos. Se esperan unos 35.000 asistentes.
En el evento del año pasado, sacudió los mundos financiero y criptográfico por igual cuando subió al escenario para anunciar que su nación adoptaría BTC como moneda de curso legal. ElSalvador.com informó que algunas de las imágenes promocionales de la conferencia muestran el volcán donde el gobierno actualmente utiliza energía geotérmica para extraer BTC. Bukele también planea emitir bonos respaldados por bitcoins para pagar la construcción de un paraíso fiscal para bitcoiners internacionales, llamado Bitcoin City.
Algunos esperarán que Bukele, cuando suba al escenario, brinde detalles sobre la emisión de bonos, que su gobierno había afirmado previamente que se emitiría en marzo de este año.
Pero el destino de BTC en El Salvador podría verse afectado, o quizás reforzado, por un asunto totalmente ajeno: la larga lucha de la nación con las pandillas callejeras. Los asesinatos del hampa se han disparado en las últimas semanas, y Bukele ha respondido con una represión sin precedentes en la historia salvadoreña, con miles de arrestos en las últimas semanas.
Desde fines del mes pasado, la violencia callejera ha estallado en la nación centroamericana. The Guardian informó que “tres días de violencia” habían dejado 87 muertos, y Bukele culpó a la notoria pandilla Mara Salvatrucha (MS-13).
Posteriormente se realizaron unos 6.000 arrestos, y Bukele ha pedido al Parlamento que declare el estado de emergencia, lo que permite a la policía realizar más arrestos, sin tener en cuenta los derechos consagrados en la constitución.
Bukele hizo un discurso de Estado, compartido en su cuenta y en las cuentas presidenciales de Twitter, en el que explicó que existía la amenaza de que las pandillas respondieran matando a civiles en represalia. A su vez, prometió que, si ocurrían esos asesinatos, dejaría de alimentar a los gánsteres encarcelados y, básicamente, los mataría de hambre.
Dijo que lo haría sin tener en cuenta las probables protestas de las “organizaciones internacionales”.
Algunos observadores sugirieron que Bukele se estaba desviando hacia el lado equivocado de la historia con sus políticas cada vez más autoritarias.
Pero otros, incluidos algunos de los más fervientes defensores de bitcoin del presidente en el extranjero, sugirieron que acabar con las pandillas de una vez por todas podría librar al país de un problema que ha afectado a un gobierno tras otro.
La medida de Bukele también obtuvo un apoyo considerable entre muchos salvadoreños, quienes respondieron favorablemente en Twitter y otras plataformas de redes sociales. Algunos lo compararon con Batman, mientras que los críticos afirmaron que se estaba moviendo en secreto del "populismo a la tiranía".
Bukele, sin embargo, ha redoblado su discurso duro y ha atacado a los críticos internacionales.
Dijo, según el servicio de prensa presidencial:
“La comunidad internacional castiga a sus propios criminales con penas severas, pero no quiere que castiguemos a los nuestros. Eso es porque somos su experimento social y ellos se benefician del baño de sangre en El Salvador”.
