28 oct (Sentido Común) - A dos años de que el Congreso aprobara un impuesto especial a las bebidas azucaradas, como una medida para combatir la obesidad y los padecimientos relacionados con ella, la Cámara de Diputados aprobó recientemente una disminución de 50% a ese gravamen para ciertos refrescos.
Si bien hasta antes de esa aprobación la sociedad mexicana desconocía la propuesta del recorte impositivo por no haber formado parte del paquete inicial de medidas fiscales que envió el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión, tras la aprobación de los diputados, casi de manera subrepticia, la oposición a tal decisión ha crecido de forma súbita e importante.
En los últimos días diversas organizaciones civiles nacionales e internacionales a favor de los consumidores y protectoras de la salud, como American Heart Association, Coalición Latinoamérica Saludable y World Cancer Research Fund International, han comenzado a protestar la reducción del impuesto.
Desde su perspectiva, la decisión de los diputados da marcha atrás a una política pública que había tenido los efectos deseados: bajar el consumo de algunos productos que contribuyen, junto con otros muchos factores, como el sedentarismo, a la epidemia de obesidad que enfrenta México.
Esos grupos, entre quienes están también otras asociaciones como Fundar, Al Consumidor y El Poder del Consumidor, han comenzado incluso una campaña mediática --impresa y radiofónica-- para presionar al Senado a no ratificar la medida que aprobaron los miembros de la Cámara Baja.
"Reducir el impuesto es un retroceso, que no se justifica desde ninguna perspectiva", escribieron las organizaciones, alianza por la salud alimentaria y ContraPeso, en un desplegado de plana entera. "El impuesto funciona: redujo el consumo de bebidas azucaradas en 6%, y aumentó el consumo de agua potable en 4%, en 2014".
Sin embargo, para los defensores de la decisión, la medida tiene diversos aspectos que la justifican. En primer lugar, dicen, la reducción del impuesto sólo aplica a aquellas bebidas que ya contienen bajos niveles de azúcar, es decir, las bebidas saborizadas que tienen hasta 5 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, lo que excluye a la mayoría de los refrescos como aquellos que producen los embotelladores de refrescos Coca-Cola (N:KO) o Pepsi-Cola.
En segundo lugar, consideran que al reducir el impuesto se generará un estímulo para que más compañías productoras de bebidas azucaradas reduzcan los niveles de azúcar de sus productos para obtener la ventaja fiscal de pagar la mitad del impuesto especial, que es de alrededor de 10%.
Esos argumentos, sin embargo, no convencen a quienes se oponen a la reducción del impuesto porque las bebidas que podrían verse beneficiadas de la medida serían principalmente aquellas dirigidas al público infantil.
"Si se permite esta reducción, la población más afectada sería la infancia mexicana, ya que muchas bebidas que tendrían un impuesto más bajo son formuladas y dirigidas a las y los niños", escribieron 18 organizaciones internacionales líderes en aspectos de salud pública en otro desplegado de plana entera.
Claro que algunos de quienes defienden la reducción argumentaron que no son todavía claros los beneficios de haber gravado los refrescos en materia de salud pública.
"Este impuesto se impulsó. . . en la búsqueda de que el consumo disminuyera en beneficio de la salud pública. Este consumo no ha disminuido", dijo el diputado Marko Cortés, coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), durante los debates que se dieron en la Cámara Baja cuando se aprobó la reducción impositiva.
Sin embargo, un estudio que elaboró el Instituto Nacional de Salud Pública, junto con Carolina Population Center de The University of North Carolina, encontró que sí se dio una reducción promedio de 6% en las compras de bebidas con impuesto en 2014.
"El impuesto ha tenido efectos positivos, las compras de este tipo de bebidas ha disminuido 6% y las de agua natural, que no tienen impuesto, han crecido 4%", dijo el doctor Juan Rivera Dommarco, director general adjunto del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública, en una entrevista telefónica, agregando que los padecimientos vinculados con la obesidad cobran cerca de 24,000 muertes al año.
"Lo que es muy claro es que la obesidad no se puede resolver con una sola medida, pero una sola [como el impuesto especial] puede ayudar mucho".
Hasta el momento, la industria refresquera nacional ha optado por no hacer comentarios sobre el debate que ha desatado la decisión de la Cámara Baja por reducir el impuesto a ciertos refrescos.
Sentido Común contactó a la Asociación Nacional de Productores de Refrescos para conocer su opinión, pero dijeron que no emitirán una postura sobre el tema hasta que no concluya el proceso de aprobación de la medida.
No es claro si la industria cabildeó en el Congreso o con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para incluir la reducción al impuesto a ciertas bebidas azucaradas luego de que el gobierno presentó el paquete fiscal.
La presión que han comenzado a ejercer las organizaciones civiles con su campaña mediática ha comenzado a tener efecto. En los últimos días, diversos senadores o grupos parlamentarios ya se han manifestado en contra de la reducción del impuesto.
La reducción del impuesto "representa un regalo, del orden de 500 millones de pesos, a las refresqueras", dijo el senador Armando Ríos Piter, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), durante una conferencia de prensa. "Este regalo no tiene justificación alguna, toda vez que es obvio que no van a bajar los precios a los consumidores, por lo que no representa un beneficio en el tema de la sustitución por agua que se ha venido realizando. En el PRD estamos en contra del regalo que los diputados del PRI y del Partido Acción Nacional les dieron".
El PAN en el Senado, sin embargo, ya declaró que votará en contra de reducir el impuesto a las bebidas azucaradas.
"Hemos acordado. . . y votaremos en términos de que se mantengan las cosas como están en el tema del impuesto. . . a las bebidas con azúcar", dijo el senador Héctor Larios Córdova, en una conferencia de prensa del grupo parlamentario del PAN en el Senado.
Con el PAN y el PRD en contra, más las campañas publicitarias que piden a Peña Nieto estar "del lado de los mexicanos" parece poco probable que la decisión de bajar el impuesto sobreviva. (Redacción Sentido Común)