por Adrian Estañol Casáis
Infosel, abril. 7.- La respuesta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para revertir el freno económico provocado por la pandemia de coronavirus covid-19 en México aparentemente ha dividido a los principales representantes de la cúpula empresarial.
Por un lado, hay empresarios que creen el presidente López Obrador ha cortado las vías de comunicación al ignorar los llamados de la iniciativa privada para echar andar políticas contracíclicas que permitan preservar el empleo y la supervivencia de miles de micro y pequeñas empresas.
En contraparte, hay quienes, en una posición más conciliadora, aseguran que es momento de cerrar filas con el gobierno y de encontrar una solución que evite una contracción del producto interno bruto que rivalice con los efectos provocados por la Gran Recesión surgida en Estados Unidos entre 2007 y 2008, que arrastró a México a una desaceleración fuerte en 2009.
Por ello, ante la posibilidad de una ruptura en el canal de interlocución entre gobierno y empresarios, algunos de los principales inversionistas del país hicieron un llamado a cerrar filas para amortiguar la posible caída del PIB nacional este año, que podría ser de alrededor de 5%, de acuerdo con la más reciente encuesta de analistas levantada por el banco Citibanamex.
Carlos Salazar Lomelín, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, convocó a un "gran acuerdo nacional" entre las organizaciones civiles, privadas y sindicales para que el gobierno escuche sus peticiones para amortiguar el impacto en el empleo y la economía, ante lo que consideró como una cerrazón del gobierno de López Obrador.
"Nos enfrentamos con un crisis en donde lo que necesitamos es ese gran pacto nacional. Se lo propusimos al presidente, no lo quiso tomar, ahora se los propongo a ustedes", dijo el presidente de CCE, como se conoce al organismo que representa los intereses de las principales compañías de México, en una videoconferencia que reunió a líderes empresariales y de la academia. "El esfuerzo que estamos haciendo de juntar a los sindicatos es porque si logramos tener un gran pacto, convenio entre todo el sector productivo en México, entonces sí podemos tomar acciones de manera más definitoria en la forma que podemos reaccionar contra esto".
La semana pasada, la cúpula empresarial propuso al presidente, en una reunión privada en Palacio Nacional, implementar un plan de 90 días que incluía medidas como diferir impuestos o contribuciones patronales, crear fondos públicos para respaldo de créditos a pequeñas y medianas empresas, así como crear un convenio nacional entre el sector público y privado.
Sin embargo, López Obrador desechó las propuestas y anunció medidas que ya había contemplado previamente, tales como garantizar la entrega directa de recursos sociales, una mayor austeridad del gobierno, la creación de dos millones de puestos de trabajo en nueve meses y mantener el compromiso de no elevar el endeudamiento público.
Al hacerlo, el primer mandatario de 66 años de edad envió una señal que los empresarios no recibieron bien y los llevó a plantear su propia ruta de solución en medio de esta crisis que se avecina.
"La puerta se ha cerrado, no sólo para nosotros", dijo Salazar en videoconferencia acompañado de líderes de diversos sectores como Luis Niño de Rivera, el presidente de la Asociación de Bancos de México; Bosco de la Vega, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario; Gustavo de Hoyos, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana; Guillermo Torre, rector del Tecnológico de Monterrey, entre otros. "Si esto no funciona [. . .] el único responsable es el que cerró la puerta".
El CCE anticipó que en caso de no implementar medidas adicionales para amortiguar el impacto económico de la pandemia de covid-19, los desempleados podrían ascender hasta un millón y el producto interno bruto terminaría el año con una contracción entre una tasa anual de entre 7 y 10%.
Por ello, Salazar consideró necesario actuar de manera coordinada y sin divisiones en el sector privado. "Estamos encontrándonos con una verdadera barrera e insisto que tenemos que estar unidos", dijo el empresario, luego de que por la mañana el presidente dio a conocer que los empresarios Carlos Slim, Alberto Bailléres y Germán Larrea --tres de los hombres más acaudalados de México-- estuvieron de acuerdo con el plan anunciado por el propio López el pasado 5 de abril.
"Les expuse cuál es el plan que estamos llevando a cabo, estuvieron de acuerdo. Esto lo digo para que no haya noticias falsas, no se distorsionen las cosas. La conversación fue para agradecerles, porque estos tres empresarios manifestaron mantener a sus trabajadores", dijo López Obrador, en su conferencia matutina de este martes.
Infosel, abril. 7.- La respuesta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para revertir el freno económico provocado por la pandemia de coronavirus covid-19 en México aparentemente ha dividido a los principales representantes de la cúpula empresarial.
Por un lado, hay empresarios que creen el presidente López Obrador ha cortado las vías de comunicación al ignorar los llamados de la iniciativa privada para echar andar políticas contracíclicas que permitan preservar el empleo y la supervivencia de miles de micro y pequeñas empresas.
En contraparte, hay quienes, en una posición más conciliadora, aseguran que es momento de cerrar filas con el gobierno y de encontrar una solución que evite una contracción del producto interno bruto que rivalice con los efectos provocados por la Gran Recesión surgida en Estados Unidos entre 2007 y 2008, que arrastró a México a una desaceleración fuerte en 2009.
Por ello, ante la posibilidad de una ruptura en el canal de interlocución entre gobierno y empresarios, algunos de los principales inversionistas del país hicieron un llamado a cerrar filas para amortiguar la posible caída del PIB nacional este año, que podría ser de alrededor de 5%, de acuerdo con la más reciente encuesta de analistas levantada por el banco Citibanamex.
Carlos Salazar Lomelín, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, convocó a un "gran acuerdo nacional" entre las organizaciones civiles, privadas y sindicales para que el gobierno escuche sus peticiones para amortiguar el impacto en el empleo y la economía, ante lo que consideró como una cerrazón del gobierno de López Obrador.
"Nos enfrentamos con un crisis en donde lo que necesitamos es ese gran pacto nacional. Se lo propusimos al presidente, no lo quiso tomar, ahora se los propongo a ustedes", dijo el presidente de CCE, como se conoce al organismo que representa los intereses de las principales compañías de México, en una videoconferencia que reunió a líderes empresariales y de la academia. "El esfuerzo que estamos haciendo de juntar a los sindicatos es porque si logramos tener un gran pacto, convenio entre todo el sector productivo en México, entonces sí podemos tomar acciones de manera más definitoria en la forma que podemos reaccionar contra esto".
La semana pasada, la cúpula empresarial propuso al presidente, en una reunión privada en Palacio Nacional, implementar un plan de 90 días que incluía medidas como diferir impuestos o contribuciones patronales, crear fondos públicos para respaldo de créditos a pequeñas y medianas empresas, así como crear un convenio nacional entre el sector público y privado.
Sin embargo, López Obrador desechó las propuestas y anunció medidas que ya había contemplado previamente, tales como garantizar la entrega directa de recursos sociales, una mayor austeridad del gobierno, la creación de dos millones de puestos de trabajo en nueve meses y mantener el compromiso de no elevar el endeudamiento público.
Al hacerlo, el primer mandatario de 66 años de edad envió una señal que los empresarios no recibieron bien y los llevó a plantear su propia ruta de solución en medio de esta crisis que se avecina.
"La puerta se ha cerrado, no sólo para nosotros", dijo Salazar en videoconferencia acompañado de líderes de diversos sectores como Luis Niño de Rivera, el presidente de la Asociación de Bancos de México; Bosco de la Vega, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario; Gustavo de Hoyos, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana; Guillermo Torre, rector del Tecnológico de Monterrey, entre otros. "Si esto no funciona [. . .] el único responsable es el que cerró la puerta".
El CCE anticipó que en caso de no implementar medidas adicionales para amortiguar el impacto económico de la pandemia de covid-19, los desempleados podrían ascender hasta un millón y el producto interno bruto terminaría el año con una contracción entre una tasa anual de entre 7 y 10%.
Por ello, Salazar consideró necesario actuar de manera coordinada y sin divisiones en el sector privado. "Estamos encontrándonos con una verdadera barrera e insisto que tenemos que estar unidos", dijo el empresario, luego de que por la mañana el presidente dio a conocer que los empresarios Carlos Slim, Alberto Bailléres y Germán Larrea --tres de los hombres más acaudalados de México-- estuvieron de acuerdo con el plan anunciado por el propio López el pasado 5 de abril.
"Les expuse cuál es el plan que estamos llevando a cabo, estuvieron de acuerdo. Esto lo digo para que no haya noticias falsas, no se distorsionen las cosas. La conversación fue para agradecerles, porque estos tres empresarios manifestaron mantener a sus trabajadores", dijo López Obrador, en su conferencia matutina de este martes.