Por Diego Oré
CARACAS, 20 oct (Reuters) - El diálogo entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición venezolana será un proceso lento y difícil, pero que no se debe abandonar, dijo el jueves el recién nombrado cardenal de la iglesia Católica, Baltazar Porras.
El clérigo, un teólogo de 72 años que será investido en noviembre en el Vaticano, agregó que ya iniciaron las conversaciones preliminares entre la Iglesia y ambos bandos, con miras a superar la aguda crisis que vive el país.
"Es un camino largo, tortuoso, difícil, pero no se puede tirar la toalla", dijo Porras, arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, en la sede de la Conferencia Episcopal en Caracas.
En septiembre, el Vaticano aceptó acompañar el diálogo entre el Gobierno socialista y la oposición. Sin embargo, aún no se ha iniciado formalmente el acercamiento.
El principal condicionante es la realización, este año, de un referéndum revocatorio contra Maduro, que la oposición exige por considerarlo el principal responsable de la grave situación que atraviesa el país: inflación de tres dígitos, escasez de alimentos y medicinas, además de una recesión económica. Maduro, quien sostiene que la coyuntura es producto del sabotaje de sus críticos, ha dicho que este año no se llevará a cabo el plebiscito, por lo que, de perder en el 2017, aseguraría la permanencia del chavismo en el poder hasta el 2019.
La semana pasada, Porras se convirtió en el segundo cardenal venezolano en funciones, un hecho celebrado por la oposición, pero criticado por algunos miembros del oficialismo.
"Nunca como en este pontificado hay, no sólo preocupación, sino conocimiento del país (Venezuela)", dijo Porras en una rueda de prensa con medios internacionales.
La iglesia Católica y el Gobierno venezolano han tenido encontronazos en los últimos años, sobre todo, desde que el fallecido Hugo Chávez asumió como presidente en 1999.
Porras fue un férreo crítico de la gestión de Chávez, ganándose la animosidad del entonces mandatario y sus seguidores. Sin embargo, el monseñor, por solicitud del líder socialista, lo acompañó durante el breve golpe de Estado que sufrió en abril del 2002.
AGENDA PRIMERO
No es la primera vez que las partes apelan al diálogo: tras las violentas protestas antigubernamentales que sacudieron al país en el 2014, Maduro recibió a los líderes de la oposición en el palacio de Gobierno, pero no se llegó a buen puerto.
Sin embargo, muchos creen que la presencia de la Iglesia podría favorecer las conversaciones, tal como sucedió con el deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y el proceso de paz en Colombia.
Pero Porras sostiene que la pelota no está en su cancha.
"Nosotros no somos mediadores, somos facilitadores. Son las partes las que tienen que proponer", dijo.
"Lo que hay que solucionar son los problemas de la gente: el hambre, desabastecimiento, falta de medicinas que es lo que la gente está viviendo a diario", puntualizó.
Además, sostuvo que uno de los principales escollos para avanzar en las negociaciones ha sido la poca autonomía y poder de decisión de los representantes de ambos bandos.
"Uno de los problemas principales para el diálogo es que cuando tenemos un interlocutor, lo único que hace es oír, todo tiene que consultar y nunca hay una respuesta", se lamentó. "Esa centralización del poder y las decisiones en uno solo, en una pequeña cúpula, hace que sea difícil y complicado".
Porras dijo que no podía ofrecer detalles de los temas tocados en las conversaciones para no boicotearlas.
El prelado también se mostró a favor del revocatorio y criticó el trato hacia las decenas de políticos presos que mantiene el Gobierno.
"Lo más preocupante es el trato, no sólo a los presos políticos, sino a los presos comunes", dijo en referencia a las condiciones de hacinamiento e insalubridad de las cárceles venezolanas. "Se parece más a la Torre de Londres en tiempos de Enrique VIII que a lo que debe ser una cárcel hoy en día". (Reporte de Diego Oré, editado por Manuel Farías)