Alemania se enfrenta a una reducción de la mano de obra debido al envejecimiento de su población, lo que ha llevado al gobierno a explorar diversas estrategias para impulsar la participación laboral.
A pesar de las recientes medidas, que incluyen incentivos fiscales para las horas extraordinarias y la jubilación más tardía, junto con una inversión de 2.000 millones de euros en guarderías, los expertos sostienen que el país no está aprovechando plenamente el potencial de su mano de obra femenina.
El paquete de medidas del Gobierno pretende paliar el déficit de 400.000 trabajadoras anuales, una preocupación importante para la administración del Canciller Olaf Scholz.
Aunque la coalición también se centra en facilitar la entrada de trabajadores extranjeros y refugiados en el mercado laboral, el clima político en torno a la inmigración está cambiando, sobre todo con el partido antiinmigración Alternativa para Alemania ganando adeptos.
Los expertos destacan que la población activa alemana es la que más tiempo libre disfruta de los países de la OCDE, con una media de 1.343 horas trabajadas por trabajador en 2023. Aunque las mujeres y los estudiantes participan en el mercado laboral en tasas elevadas, gran parte de este empleo es a tiempo parcial, lo que reduce la media de horas trabajadas.
Casi la mitad de la mano de obra femenina alemana tiene empleos a tiempo parcial, una cifra significativamente superior a la media de la UE. Esto se debe en parte al sistema fiscal, que grava a las parejas como una sola unidad, lo que a menudo desincentiva a las mujeres a trabajar a tiempo completo cuando sus parejas son los principales perceptores de ingresos.
Además, la prevalencia de los "miniempleos", que ofrecen exención fiscal para los ingresos inferiores a 538 euros al mes, crea una barrera para que las mujeres aumenten su jornada laboral sin tener que hacer frente a impuestos y cotizaciones sociales más elevados.
La falta de suficientes opciones de guardería, estimada en un déficit de 400.000 plazas, complica aún más la situación de los padres que desean trabajar más horas. Las nuevas medidas del Gobierno, que incluyen incentivos fiscales para los trabajadores a tiempo completo y bonificaciones para los empleados a tiempo parcial que aumenten sus horas, pueden no ser suficientes para cambiar el statu quo, especialmente dadas las normas sociales conservadoras que aún influyen en los roles de género en el lugar de trabajo.
Un ejemplo del impacto de estas políticas es la historia de Jennifer Hart, asesora gubernamental que optó por trabajar menos horas tras tener un hijo. A pesar de las implicaciones financieras, como la reducción de las cotizaciones a la pensión, Hart prefiere dar prioridad al tiempo con su hijo antes que aumentar sus horas de trabajo.
La brecha de género en las pensiones sigue siendo un problema importante, ya que las mujeres alemanas reciben un tercio de los ingresos de jubilación de los hombres y se enfrentan a un mayor riesgo de pobreza en la vejez.
Aunque el paquete laboral del gobierno incluye algunos incentivos para aumentar las horas de trabajo, puede no ser suficiente para cambiar las antiguas normas culturales y barreras económicas que influyen en las decisiones laborales de las mujeres.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.