BRASILIA, 10 oct (Reuters) - El candidato presidencial de extrema derecha Jair Bolsonaro no está a gusto con un proyecto de ley destinado a revisar el costoso sistema de pensiones de Brasil y que se someterá a votación en el Congreso este año, por lo que lo enviará de nuevo a una mesa de trabajo si es elegido, dijo un asesor.
La reforma al sistema de pensiones es crucial en cualquier esfuerzo por reducir el enorme déficit presupuestario de Brasil y el presidente Michel Temer espera que su plan sea aprobado antes de entregarle el poder a un sucesor el 1 de enero.
Pero Onyx Lorenzoni, quien sería jefe de gabinete de Bolsonaro si el capitán retirado del Ejército gana la segunda vuelta a finales de este mes, dijo que la propuesta de Temer debería ser descartada y que se debe elaborar un nuevo plan.
"Jairo no apoyó esa propuesta de reforma, ni yo tampoco, ni tampoco la mayoría de las personas que respaldan a Bolsonaro, porque es una mala propuesta (...) que no resuelve nada", dijo Lorenzoni a periodistas el martes.
Sus declaraciones se suman a las preocupaciones sobre las contradicciones que están surgiendo en el equipo de asesores de Bolsonaro sobre cómo manejar temas clave como la reforma de pensiones, que los inversores consideran de máxima prioridad para el próximo gobierno para controlar un déficit insostenible.
El diputado conservador no alcanzó la mayoría absoluta en las elecciones del domingo y se enfrentará al izquierdista Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo, en una segunda vuelta el 28 de octubre.
El principal asesor económico de Bolsonaro, Paulo Guedes, un economista partidario del libre mercado formado en la Universidad de Chicago, tiene un plan similar al de Temer que haría que los brasileños contribuyan más al sistema de pensiones al introducir una edad mínima de jubilación.
Otro asesor cercano de Bolsonaro, el excomandante de la policía militar Olimpio Gomes, un diputado que ganó un escaño en el Senado el domingo, se ha opuesto abiertamente a la actual reforma de pensiones.
Las declaraciones contradictorias respecto a reintroducir o no un impuesto sobre las transacciones financieras llamado CPMF o abolir un bono mensual número 13 pagado anualmente a los empleados en Brasil han demostrado que Bolsonaro aún no ha presentado un programa económico coherente.
Mientras Guedes, su gurú económico, quiere reducir el déficit presupuestario en un año o dos, Bolsonaro prometió en televisión el lunes por la noche recortar los impuestos a los beneficios y ofrecer ventajas fiscales a las empresas.