En medio de una persistente caída del sector inmobiliario y la preocupación por la seguridad del empleo, el crecimiento económico de China se desaceleró en el segundo trimestre de 2024. Se prevé que los datos publicados hoy revelen una expansión interanual del 5,1% entre abril y junio, lo que supone una ralentización respecto al crecimiento del 5,3% observado en el primer trimestre y representa el resultado más débil desde el tercer trimestre de 2023.
Las cifras anticipadas surgen mientras Pekín se prepara para reforzar la confianza económica durante una importante reunión de líderes, el tercer pleno, que comienza hoy. El Gobierno se enfrenta al reto de estimular el crecimiento al tiempo que controla los niveles de deuda.
Los analistas de Citi predicen que la tasa de crecimiento del 5,1% puede no infundir mucha confianza, ya que la debilidad de la demanda interna sigue afectando a la inflación y podría empezar a minar la fortaleza de la producción. Es probable que toda la atención se dirija hacia los resultados del tercer pleno y la próxima reunión del Politburó a finales de julio.
En términos trimestrales, se espera que el crecimiento se haya ralentizado hasta el 1,1% en el segundo trimestre, frente al 1,6% del trimestre anterior. Muchos analistas consideran ambicioso el objetivo de crecimiento del Gobierno, en torno al 5,0% para 2024, lo que podría requerir nuevas medidas de estímulo.
Para hacer frente a la débil demanda interna y a la crisis inmobiliaria, China ha aumentado la inversión en infraestructuras y ha inyectado fondos en la fabricación de alta tecnología. A pesar de ello, el crecimiento económico ha sido desigual a lo largo del año, con una producción industrial superior al consumo interno, lo que ha provocado presiones deflacionistas en medio de la crisis inmobiliaria y la creciente deuda de los gobiernos locales.
Aunque la solidez de las exportaciones ha servido de apoyo, la escalada de las tensiones comerciales representa ahora un riesgo. En junio, las exportaciones aumentaron un 8,6% respecto al año anterior, mientras que las importaciones se contrajeron un 2,3%, lo que indica que los fabricantes podrían estar apresurando los pedidos para adelantarse a los aranceles de sus socios comerciales.
Los precios al consumo siguieron subiendo en junio por quinto mes consecutivo, aunque por debajo de las expectativas, y persistió la deflación en las fábricas, sin que las medidas gubernamentales lograran impulsar significativamente la demanda interna.
Los datos del PIB se publicarán hoy a las 0200 GMT, junto con otros datos sobre la actividad de junio, que se espera que indiquen una ralentización tanto de la producción industrial como de las ventas minoristas.
El mes pasado, el gobernador del banco central chino, Pan Gongsheng, se comprometió a mantener una política monetaria de apoyo y se mostró dispuesto a utilizar diversas herramientas políticas, incluidos los tipos de interés y los coeficientes de reservas obligatorias, para apoyar el desarrollo económico. Los analistas prevén un recorte del tipo de interés de los préstamos a un año en 10 puntos básicos y una reducción del coeficiente de reservas obligatorias de los bancos en 25 puntos básicos en el tercer trimestre.
Tras la reunión del Politburó, los analistas de Citi esperan que el Gobierno introduzca medidas adicionales de apoyo al sector inmobiliario. En mayo, las autoridades permitieron a las empresas estatales locales comprar viviendas no vendidas, y el banco central estableció una línea de crédito de 300.000 millones de yuanes para viviendas asequibles.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.