Las tensiones entre Israel y el grupo libanés Hezbolá, respaldado por Irán, han aumentado tras un ataque con cohetes en los Altos del Golán, ocupados por Israel.
Israel ha acusado a Hezbolá de matar a 12 niños y adolescentes en el ataque contra un campo de fútbol en Majdal Shams, que supone el incidente más mortífero en la región desde que comenzó la guerra de Gaza con un asalto de Hamás el 7 de octubre. Hezbolá ha negado ser responsable del ataque.
El conflicto entre Israel y Hezbolá comenzó el 8 de octubre, un día después de que Hamás iniciara las hostilidades en el sur de Israel. Se dice que los ataques de Hezbolá son en apoyo de los palestinos de Gaza, lo que subraya la interconexión de los conflictos regionales.
Hezbolá, considerado el miembro más formidable del Eje de la Resistencia respaldado por Irán, ha declarado que no cesará sus ataques contra Israel hasta que se establezca un alto el fuego en Gaza.
Las hostilidades actuales han provocado importantes desplazamientos, con decenas de miles de personas huyendo de sus hogares a ambos lados de la frontera. La aviación israelí ha atacado posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano y en el valle de la Bekaa, cerca de Siria. Un ataque israelí en Beirut el 2 de enero causó la muerte de un alto mando de Hamás.
Según los informes, Hezbolá ha sufrido la pérdida de unos 350 combatientes en Líbano y más de 100 civiles han muerto en el conflicto. En el bando israelí, las bajas civiles ascienden a 23 desde octubre, además de al menos 17 soldados. Las autoridades israelíes están preocupadas por el desplazamiento de israelíes, sobre todo ahora que se acerca el nuevo curso escolar.
El Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha advertido anteriormente de graves consecuencias si Hezbolá intensifica el conflicto, mientras que Hezbolá ha demostrado su disposición a entrar en guerra, pero también ha indicado moderación, al no haber utilizado plenamente sus capacidades.
Los conflictos anteriores han infligido graves daños tanto a Líbano como a Israel. En 2006, los ataques israelíes destruyeron gran parte de los suburbios del sur de Beirut y desplazaron a casi un millón de libaneses. A la inversa, los cohetes de Hezbolá obligaron a huir a 300.000 israelíes y destruyeron unas 2.000 viviendas.
El arsenal de Hezbolá ha crecido desde 2006, con cohetes capaces de alcanzar todo Israel y haciendo demostraciones de armamento avanzado desde octubre, incluido el derribo de aviones no tripulados israelíes y el disparo de misiles teledirigidos.
Se están realizando esfuerzos diplomáticos, sobre todo por parte de Estados Unidos, para distender la situación. Un alto el fuego en Gaza podría conducir a una rápida desescalada en el sur del Líbano. Amos Hochstein, funcionario estadounidense, ha desempeñado un papel fundamental en los esfuerzos diplomáticos y anteriormente medió en un acuerdo entre Líbano e Israel sobre una frontera marítima en 2022.
A pesar de las hostilidades actuales, existe la posibilidad de llegar a un acuerdo que podría beneficiar a Líbano y restablecer la seguridad en el norte de Israel. Una propuesta francesa ha sugerido la retirada de los combatientes de Hezbolá de la frontera y negociaciones sobre las disputas fronterizas terrestres.
Dado que la situación sigue siendo inestable, la comunidad internacional está muy atenta a cualquier indicio de un posible alto el fuego o de una nueva escalada.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.