Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha, ha adquirido un importante poder legislativo conocido como "minoría de bloqueo" en el estado de Turingia, tras su éxito electoral en el que obtuvo más del 33% de los escaños.
Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un partido de extrema derecha ocupa tal posición en Alemania. La minoría de bloqueo permite a la AfD obstruir cualquier legislación que requiera una mayoría de dos tercios para ser aprobada.
La introducción de la minoría de bloqueo en la legislación alemana sirve de salvaguarda contra el control absoluto de un único partido, una medida inspirada en el contexto histórico de la época nazi. Garantiza que las decisiones críticas, como las enmiendas constitucionales o los nombramientos clave en la judicatura y los servicios de seguridad, exijan un amplio consenso.
El líder de la AfD en Turingia, Bjoern Hoecke, ha expresado su intención de aprovechar este poder para desafiar las tácticas excluyentes de otros partidos. El partido ha sido acusado anteriormente de frenar deliberadamente a las instituciones estatales mediante amplias acciones legales y judiciales.
Una prueba inmediata de este poder será la sustitución de un juez del Tribunal Constitucional que ha sido elegido diputado. Si la AfD opta por bloquear estos nombramientos, podría provocar una incapacidad prolongada para cubrir puestos judiciales, lo que podría causar retrasos en los procedimientos judiciales y afectar a la impartición de justicia.
Las consecuencias de tal bloqueo se extienden más allá del poder judicial. La percepción pública de un Estado ineficiente podría verse exacerbada por las acciones de la AfD, lo que podría influir en el sentimiento de los votantes en toda Alemania a medida que la nación se acerca a las elecciones nacionales del próximo año.
En respuesta al potencial de perturbación política, se han realizado enmiendas a nivel nacional para proteger al Tribunal Constitucional Federal de ser inhabilitado por partidos populistas. Sin embargo, Turingia se enfrenta a un reto inmediato, ya que los políticos estatales pueden tener que comprometerse con la AfD a pesar de su reticencia a colaborar con elementos de extrema derecha.
Expertos jurídicos están explorando opciones como que el Gobierno federal intervenga delegando en jueces federales para que lleven casos en Turingia como solución temporal a cualquier impasse creado por el nuevo poder legislativo de la AfD.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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