La campaña presidencial de Donald Trump está recalibrando su estrategia en respuesta al inesperado ascenso de Kamala Harris como candidata presidencial del Partido Demócrata, en sustitución del presidente Joe Biden el mes pasado.
El equipo de Trump, que inicialmente planeaba una estrategia nacional expansiva, se está centrando ahora en salvaguardar estados que antes se consideraban seguros y concentrarse en campos de batalla tradicionales como Pensilvania y Georgia.
Corey Lewandowski, un antiguo asesor del ex presidente, reconoció la alteración de la dinámica de la carrera, pero mantuvo que sigue favoreciendo a Trump.
La campaña de Trump se ha enfrentado a desafíos, incluyendo retrasos en el lanzamiento de anuncios de ataque contra Harris y preocupaciones sobre la selección del senador JD Vance como compañero de fórmula de Trump. Los polémicos comentarios de Vance en el pasado han suscitado críticas y preocupación entre los líderes republicanos y los donantes.
Un memorando interno de mayo, elaborado por Austin McCubbin, miembro del personal de la campaña, había anticipado la posibilidad de que Biden fuera sustituido, pero no proporcionaba estrategias específicas para una candidatura encabezada por Harris. El encuestador Tony Fabrizio predijo que Harris experimentaría un impulso temporal en las encuestas, esperando un enfoque posterior en su mandato como vicepresidenta de Biden.
El 21 de julio, el super PAC MAGA Inc, afín a Trump, lanzó una campaña publicitaria en televisión dirigida a Harris en los estados indecisos. Mientras tanto, Vance ha centrado sus esfuerzos en los estados del Rust Belt, en línea con sus antecedentes y preocupaciones políticas.
Los ataques personales de Trump a Harris han atraído una atención negativa, incluyendo comentarios polémicos en un evento de la Asociación Nacional de Periodistas Negros y críticas al gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp. Estas acciones pueden suponer el riesgo de alienar a partidarios clave en estados vitales para la contienda.
Anteriormente, Trump había hecho campaña en bastiones tradicionalmente demócratas, pero el pasado sábado volvió a la estrategia fundacional de hacer campaña en estados competitivos como Georgia. Las encuestas en Georgia indican una carrera reñida, con una ligera ventaja de Trump.
El gasto en anuncios de campaña refleja la intensificación de la competencia: desde el 22 de julio, Harris y sus comités han gastado 112 millones de dólares frente a 70,1 millones de Trump y sus aliados. La campaña de Harris también ha realizado importantes compras de anuncios en el futuro, eclipsando las reservas de Trump.
Los ajustes de la campaña de Trump ponen de relieve la evolución del panorama político de cara a las elecciones de noviembre, con ambas campañas compitiendo activamente por estados críticos en lo que se perfila como una carrera ferozmente disputada.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.