La economía brasileña siguió mostrando solidez en el segundo trimestre, con expectativas de un crecimiento del 0,9% en el primer trimestre de 2024, apoyado principalmente en la solidez del gasto de las familias. Los analistas anticipan que las cifras del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre, que se publicarán el martes, confirmarán esta expansión, ligeramente superior al crecimiento del 0,8% observado en el periodo enero-marzo.
Según una encuesta realizada por analistas entre el 28 de agosto y el 2 de septiembre, es probable que la expansión económica esté impulsada por la resistencia del consumo privado, que se ha beneficiado de la solidez de los mercados laborales y del aumento de los salarios reales. Los economistas de Barclays (LON:BARC) destacaron el impacto positivo del consumo privado en un informe reciente, señalando también la contribución del gasto público a través del aumento de las prestaciones sociales y las ayudas relacionadas con las inundaciones de principios de año.
Sin embargo, el crecimiento no está exento de dificultades. Se espera que un aumento significativo de las importaciones, estimulado por un tipo de cambio fuerte que se ha depreciado recientemente, haya ejercido presión sobre el crecimiento económico de Brasil. Los analistas del Santander (BME:SAN) observaron un aumento trimestral de las importaciones del 7,8%, que superó la subida del 1,3% de las exportaciones. En comparación, en el primer trimestre las importaciones y las exportaciones crecieron un 6,5% y un 0,2%, respectivamente.
Se prevé que el sector industrial, incluida la minería, haya crecido un 1,2%, lo que compensa en cierta medida una contracción del 2,4% en el sector agrícola, de menor envergadura. En términos anuales, se prevé que la tasa de crecimiento del segundo trimestre sea del 2,7%, la más alta desde el 3,5% registrado en el mismo periodo de 2023.
Economistas de J.P. Morgan han expresado que el desempeño económico de Brasil es particularmente impresionante, con el país potencialmente alcanzando un crecimiento cercano al 3% por segundo año consecutivo. Esta tasa supera la de otros países de la región tanto para 2023 como para 2024.
De cara al futuro, se espera cierta desaceleración del crecimiento económico, ya que Brasil se enfrenta a políticas monetarias y fiscales más restrictivas. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha mostrado abierto a una posible subida de tipos propuesta por su candidato a jefe del banco central para el mandato 2025-2028. Al mismo tiempo, el Ministerio de Hacienda se ha comprometido a mantener la restricción fiscal hasta finales de año.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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