Mientras persiste el conflicto en Gaza, la economía israelí ha experimentado un crecimiento más lento de lo previsto en el segundo trimestre de 2024.
Según el informe preliminar de la Oficina Central de Estadística publicado el domingo, el producto interior bruto (PIB) del país experimentó un aumento anualizado del 1,2% en el periodo de abril a junio, por debajo del crecimiento previsto del 4,4%. Las cifras también indican un descenso del PIB per cápita del 0,4% en el trimestre.
El gasto de los consumidores, que aumentó un 12%, junto con un incremento del gasto público del 8,2% y un modesto aumento del 1,1% de la inversión en activos fijos, contribuyeron al crecimiento económico general. Sin embargo, estas ganancias se vieron parcialmente contrarrestadas por una significativa caída del 8,3% de las exportaciones.
Las estadísticas del PIB del primer trimestre fueron revisadas, mostrando un fuerte repunte con un crecimiento anualizado del 17,3%, una revisión desde el 14,4% estimado anteriormente. Se trata de una recuperación tras la importante contracción del 20,6% registrada en el cuarto trimestre de 2023. A pesar del repunte, la guerra en curso en Gaza, que comenzó con un ataque el 7 de octubre, ha sido una fuente de perturbación económica.
Durante el primer semestre de 2024, la economía israelí creció un 2,5% anual, una desaceleración comparada con el crecimiento del 4,5% durante el mismo periodo de 2023.
El Economista Jefe de Leader Capital Markets señaló que a la economía le está costando recuperarse de la guerra, principalmente por problemas en la cadena de suministro más que por falta de demanda. Destacó la escasez de trabajadores palestinos desde el inicio del conflicto como factor clave que obstaculiza una recuperación plena, especialmente en el sector de la inversión en construcción residencial.
La inflación también se ha convertido en un problema acuciante, con una tasa que subió al 3,2% en julio desde el 2,9% de junio, superando el rango objetivo del gobierno del 1-3%. El Banco de Israel, que ha mantenido estable su tipo de interés de referencia en sus reuniones de febrero, abril, mayo y julio, tras un recorte en enero, tomará su próxima decisión el 28 de agosto.
A pesar de que las débiles cifras de crecimiento se atribuyen a limitaciones de la oferta y no a una caída de la demanda, los analistas no prevén que estas estadísticas favorezcan una bajada de tipos, sobre todo por el aumento de la inflación y el mayor nivel de riesgos geopolíticos. Las anteriores decisiones del banco central de mantener los tipos se han visto influidas por las tensiones geopolíticas, el aumento de las presiones sobre los precios y una política fiscal más relajada debido a la guerra.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.