En la actual coyuntura financiera, los mercados de crédito empresarial se han mantenido resistentes, especialmente en el sector de la deuda de alto rendimiento, a menudo denominada crédito "basura". A pesar de la reciente caída del mercado de renta variable, no ha aumentado significativamente el temor de los inversores a las dificultades económicas.
Este sentimiento se refleja en el descenso de las tasas de impago, con los impagos de bonos de alto rendimiento en dólares cayendo al 3,1% en junio, el más bajo en casi un año, y el segmento con calificación "CCC" experimentando un descenso por tercer mes consecutivo hasta su punto más bajo desde julio de 2023.
La confianza del mercado se pone aún más de manifiesto por los estrechos diferenciales de rendimiento con respecto a los bonos del Tesoro, que están cerca de mínimos de dos años en 353 puntos básicos, casi 100 puntos básicos menos que en el mismo periodo del año pasado. En lo que va de año, los bonos de alto rendimiento están incluso superando a sus homólogos con mejor calificación de grado de inversión.
Con un "muro" de deudas que vencen el año que viene, muchas empresas han sido proactivas en la gestión de sus calendarios de financiación. Han aprovechado las actuales condiciones del mercado para captar nueva deuda, y los emisores han obtenido 176.000 millones de dólares este año, superando en casi un 80% las cifras del año pasado. En particular, el mercado ha absorbido eficazmente este aumento de las emisiones, impulsado por una elevada demanda y una oferta limitada de nuevos títulos de deuda.
BlackRock (NYSE:BLK), uno de los principales gestores de activos cotizados en la Bolsa de Nueva York (NYSE:BLK), ha observado que una parte significativa de la emisión de deuda de alto rendimiento de este año, aproximadamente el 75%, se ha destinado a refinanciación. Se trata del nivel más alto desde la era financiera posterior a 2008 y supone un aumento con respecto a junio de 2023.
Algunos consideran que el actual apetito por el crédito corporativo es sostenible, dada la combinación de tipos a la baja sin recesión. Existe la creencia de que el crédito corporativo podría ofrecer un término medio para aquellos que buscan alejarse del efectivo y evitar los bonos del Tesoro, especialmente teniendo en cuenta los riesgos fiscales asociados al periodo postelectoral. Sin embargo, los estrategas también advierten de los meses de agosto y septiembre, históricamente difíciles para los mercados de crédito.
El equipo de crédito de Morgan Stanley ha hecho hincapié en la necesidad de que los datos económicos sigan siendo sólidos, a pesar de que los bancos centrales suelen responder tarde a los cambios económicos. Mantienen una perspectiva positiva, citando "un crecimiento moderado, una inflación moderada, una política moderada y una sólida demanda de los inversores" como justificaciones del precio actual del crédito estadounidense, prediciendo que los diferenciales se mantendrán en sus niveles actuales.
En resumen, aunque se espera que aumente la volatilidad del mercado a medida que se acerquen las elecciones estadounidenses, la probabilidad de un aumento simultáneo de los impagos parece baja, lo que sugiere una solidez continuada en el mercado de crédito corporativo.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.