Investing.com - La Reserva Federal de Estados Unidos no subirá más los tipos de interés hasta al menos finales del año que viene, según han indicado los economistas en una encuesta de Reuters que mostraba que hay un 40% de probabilidades de al menos un recorte de los tipos para finales de 2020.
La Fed mantuvo inalterada la tasa de los fondos federales el mes pasado, tal y como se esperaba, pero las previsiones de su "gráfico de puntos" han cambiado y ahora no indican ninguna subida de tipos en 2019 en comparación con las dos de las que se hablaba en diciembre.
Aunque las previsiones de la Fed indican una subida de los tipos el año que viene, la última encuesta de Reuters realizada a más de 100 economistas tras la reunión del banco central de los días 19-20 de marzo indica que los tipos de los fondos federales permanecerán en el rango actual de entre 2,25% y 2,5% hasta al menos finales de 2020.
Una muestra más pequeña de economistas con vistas hasta finales de 2021 no prevé ningún cambio tampoco para entonces.
"El acontecimiento más dramático del año hasta la fecha no ha sido sobre política ni sobre política comercial, sino más bien la adopción por parte de la Fed de una postura más prudente de política monetaria, como muchos participantes del mercado habían estado esperando", señala Ajay Rajadhyaksha, jefe de investigación macro de Barclays (LON:BARC).
El banco central de Estados Unidos también indicó que pretende poner fin a la reducción de su enorme balance de 4,2 billones en septiembre. El proceso comenzó en octubre de 2017 y se produce después de tres tandas de expansión cuantitativa —una política en la que la Fed compró bonos del Tesoro y bonos hipotecarios en un esfuerzo por reducir los tipos de interés.
Según algunos analistas, este cambio de postura es el primer paso de una inevitable carrera hacia la cuarta tanda de expansión cuantitativa (QE4).
El expresidente de la Fed, Ben Bernanke, inició el programa de expansión cuantitativa en respuesta a la crisis financiera mundial de 2008, creando 1,3 billones de noviembre de 2008 a junio de 2010 y utilizando el dinero creado para comprar activos financieros a los bancos y al Gobierno.
El proceso coincidió con un repunte masivo de las acciones y parte del mercado alcista más largo de la historia.
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