Por Philip Blenkinsop
BRUSELAS, 28 jun (Reuters) - La Unión Europea y el bloque sudamericano Mercosur se pusieron de acuerdo en el borrador de un tratado de libre comercio, dijeron el viernes las partes, poniendo fin a casi 20 años de negociaciones.
Ambos bloques comenzaron a conversar en 2000 pero intensificaron sus esfuerzos después de la victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, que llevó a la UE a paralizar conversaciones con Washington y buscar otros aliados comerciales.
El impulso llevó a implementar un acuerdo de libre comercio con Canadá y cerrar tratos con Japón y México, y ahora, después de 39 rondas de conversaciones, también un acuerdo provisorio con Mercosur, que está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, había dicho este mes que sellar un acuerdo comercial con el Mercosur era su mayor prioridad.
La UE ya es el principal socio comercial e inversor en el Mercosur y el segundo en intercambio de bienes.
En términos de reducción de aranceles, podría ser el acuerdo comercial más beneficioso para la UE a la fecha, con ahorros potencialmente cuatro veces mayores que los acuerdos con Canadá y Japón combinados.
Europa busca incrementar el acceso para sus compañías industriales, especialmente automotrices, un sector que enfrenta un arancel de 35%, y también competir en subastas del sector público. El Mercosur quiere más acceso para las exportaciones de carne, azúcar, productos avícolas y otros del sector agrícola.
Brasil dijo que el acuerdo eliminaría aranceles a varios productos agrícolas, incluyendo jugo de naranja, café instantáneo y frutas, y daría mayor acceso -a través de cuotas- a la carne, el azúcar y el etanol, impulsando a la economía e incrementando la inversión en los próximos 15 años.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro dijo en Twitter que el acuerdo era histórico.
Hasta hoy, el nerviosismo europeo sobre un aumento de las importaciones de carne y las dudas del Mercosur para abrir algunos sectores industriales, como el automotor, hicieron que se postergara el proceso.
El entendimiento todavía enfrenta un camino de aprobación que será difícil.
Francia y otros países temen el impacto de un brusco incremento de las importaciones de carne, mientras que los grupos ambientales, cuya influencia creció en el nuevo Parlamento Europeo, sostienen que la iniciativa podría agudizar la deforestación.
Los países europeos por separado y el Parlamento Europeo tienen que dar su respaldo al acuerdo para que entre en vigor. (Reporte adicional de Cassandra Garrison en Argentina, Marcelo Teixeira en Brasil; escrito por Philip Blenkinsop y Robin Emmott, traducido por Gabriel Burin Editado por Javier López de Lérida)