Por Laura Sánchez
Investing.com - Se veía venir. Al contrario de lo que hizo ayer el Banco central de Canadá (BoC), que anunció que empezaría a retirar sus compras de deuda, el Banco Central Europeo (BCE) no se ha salido del guion y ha apostado en esta reunión por mantener su política acomodaticia.
“El Consejo de Gobierno continuará realizando compras de activos netos en el marco del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP) con una dotación total de 1.850 millones de euros hasta que se considere por superada la crisis del coronavirus”, ha explicado Christine Lagarde, presidenta del BCE, en su rueda de prensa posterior al comunicado.
Tal y como informaba el comunicado, Lagarde ha recalcado que el BCE “comprará de forma flexible de acuerdo con las condiciones del mercado y con el fin de evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación que sea incompatible con contrarrestar el impacto a la baja de la pandemia en la trayectoria proyectada de la inflación”.
Además, Lagarde ha recordado que la dotación de las compras se puede volver a calibrar si es necesario para mantener condiciones de financiación favorables para ayudar a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la trayectoria de la inflación.
“El Consejo de Gobierno continuará reinvirtiendo los pagos de principal de los títulos con vencimiento adquiridos en el marco del PEPP hasta al menos finales de 2023”, ha dicho Lagarde.
Asimismo, tal como recuerda el comunicado del organismo, las compras netas en el marco del programa de compra de activos (APP) continuarán a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros.
Lagarde ha dicho que “las compras mensuales de activos netos en el marco del APP se prolongarán durante el tiempo que sea necesario para reforzar el impacto acomodaticio de sus tipos de interés oficiales y finalicen poco antes de que comience a subir los tipos de interés clave del BCE”.
Según recogíamos esta mañana, los expertos creen que en la reunión del BCE de junio podría haber alguna sorpresa.
En ello coinciden en Link Securities, que señalan que “en el mercado existe cierta inquietud por un potencial cambio en el discurso del BCE a partir de junio, cuando los analistas de la institución den a conocer su nuevo cuadro macroeconómico. Así, si el BCE revisa al alza sus expectativas de crecimiento e inflación, es factible que también comience a hablar del posible inicio de la retirada de estímulos”.