Investing.com - Claudia Sheinbaum fue elegida como la próxima presidenta de México, marcando un hito significativo en la política nacional. Con una amplia ventaja de 32 puntos porcentuales sobre su oponente Xochitl Gálvez, Sheinbaum y su partido, Morena, han consolidado su dominio, asegurando una mayoría calificada de dos tercios en la cámara baja y manteniendo el control en el senado. Este resultado, sin embargo, presenta una serie de retos que su administración deberá enfrentar con prontitud y eficacia.
De acuerdo con analistas de UBS (SIX:UBSG), la victoria de Morena plantea interrogantes sobre el equilibrio de poderes en el país. La falta de una oposición robusta podría erosionar los sistemas de pesos y contrapesos necesarios para una democracia saludable.
Aunque Morena no logró la mayoría de dos tercios en ambas cámaras, la posibilidad de que partidos opositores se alineen con el gobierno en cuestiones de alto impacto empresarial podría reforzar aún más su dominio.
Este escenario será observado con cautela por los mercados y actores internacionales, preocupados por la concentración de poder y sus implicaciones para la estabilidad democrática en México.
La participación electoral en las recientes elecciones fue del 60%, inferior al 63% registrado en 2018 y al promedio del 65.2% en las últimas cinco elecciones.
Según los analistas de UBS, la administración de Sheinbaum deberá abordar esta apatía electoral y trabajar para cerrar las brechas de polarización social que pueden surgir de una participación limitada.
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Resiliencia económica frente a desafíos fiscales
La administración de Claudia Sheinbaum tendrá que navegar una compleja combinación de consolidación de poder, desafíos fiscales y la necesidad de mantener la estabilidad económica, sostiene UBS.
Uno de los aspectos más positivos para México es su sólida integración económica con Estados Unidos, de acuerdo con los expertos. Con su proximidad geográfica, extensas redes de acuerdos de libre comercio y una fuerza laboral joven y capacitada, México se ha convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos.
Las remesas provenientes de EE.UU. alcanzan un récord de 60,000 millones de dólares anuales, lo que fortalece la economía nacional. Sin embargo, la administración deberá asegurarse de que este proceso de integración continúe sin contratiempos, especialmente en un contexto global de reconfiguración geopolítica.
A pesar de los sólidos indicadores macroeconómicos, como una inflación controlada y una deuda gubernamental manejable, la próxima administración enfrenta serios desafíos fiscales. El déficit público está proyectado a alcanzar casi el 6% del PIB, el más alto en más de tres décadas. Esta situación exige una reforma fiscal urgente para aumentar los ingresos federales. Además, Pemex, la empresa estatal de petróleo, sigue siendo un punto crítico, con una necesidad imperiosa de reestructuración debido a su baja producción y operaciones deficitarias.
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