México, 5 dic (.).- El Banco de México dijo hoy que no descarta "nuevos episodios de volatilidad que generen presiones adicionales sobre los mercados financieros nacionales", tras la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE.UU.
En un reporte sobre el sistema financiero divulgado hoy, el banco central justificó su posición al considerar "la retórica proteccionista que prevaleció durante la campaña presidencial estadounidense y la incertidumbre sobre las acciones de política" que pudiera tomar en esa dirección el nuevo Gobierno.
Además, "existe la posibilidad de que la economía mundial permanezca en una fase prolongada de bajo crecimiento, lo que podría dar lugar a menores tasas de crecimiento en México".
Dentro del "entorno complejo" y "particularmente difícil" que enfrenta el país, la institución destacó los riesgos derivados de la caída de los ingresos petroleros y su impacto sobre las finanzas públicas.
Estos son "un aumento abrupto de las tasas de interés, una mayor depreciación del tipo de cambio y una caída significativa de la tasa de crecimiento de la economía".
"La materialización potencial de estos riesgos adquiere particular relevancia debido a la importante participación de inversionistas del exterior en la tenencia de la deuda pública mexicana", subraya el informe.
A lo que se añade el financiamiento de aquellas empresas mexicanas que aprovecharon la "abundante liquidez" que ha prevalecido en los mercados financieros internacionales "para colocar deuda en condiciones muy favorables".
Pese a estos aspectos, el banco central aseguró que el sistema financiero nacional se encuentra "bien capitalizado y con niveles razonables de liquidez", y que estos son suficientes para enfrentar "incluso situaciones extremas".
El reporte recuerda que, además de las medidas tomadas por las autoridades mexicanas respecto de la macroeconomía del país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un acuerdo el pasado mayo por dos años de la Línea de Crédito Flexible (LCF) para México, por un valor de 88.000 millones de dólares.
De este modo, se renueva y amplía la línea previa pactada en noviembre de 2014 por 67.000 millones de dólares, y que también contaba con dos años de duración.
Asimismo, el Banco de México aseveró que no debe subestimarse la creciente influencia que han adquirido las calificaciones crediticias por parte de las agencias especializadas, y que repercuten en las decisiones de los inversionistas y los intermediarios financieros globales.
"Por esas razones, resulta imprescindible preservar la solidez del marco macroeconómico de México y continuar avanzando en la implementación adecuada de las reformas estructurales", sentencia la institución.