Por Hugh Bronstein y Maximiliano Rizzi
BUENOS AIRES, 1 dic (Reuters) - Los productores agrícolas de Argentina se están lanzando a sembrar más maíz, cuya área crecerá alrededor del 10 por ciento respecto de las estimaciones previas, ante la llegada al poder de un Gobierno que promete modificar las cuestionadas políticas oficiales para el sector.
Mauricio Macri, un liberal en materia de economía, asumirá el 10 de diciembre la presidencia del cuarto exportador mundial de maíz y ha dicho que una de sus primeras medidas será eliminar los límites y los impuestos que rigen para las ventas externas de ese grano y del trigo.
Ahora, los agricultores locales de las regiones centrales tienen una ventana de seis semanas para implantar maíz de siembra tardía, por lo que se están apurando a comprar semillas y fertilizantes.
"Hubo un cambio en las expectativas del productor. Esto hace que los productores mejoren su intención de siembra. Se podría sumar un 10 o 12 por ciento, lo que representa unas 300.000 o 400.000 hectáreas más", dijo Alfredo Paseyro, presidente de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA).
Hasta la semana pasada, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimaba que la superficie destinada al maíz en el ciclo 2015/16 sería de 2,72 millones de toneladas, por debajo de los 3,4 millones de la temporada anterior, cuando la cosecha alcanzó unos 26,3 millones de toneladas.
David Hughes, que administra 6.500 hectáreas en la provincia agrícola de Buenos Aires, dijo que incrementó entre 8 y 10 por ciento su área destinada al maíz tras la primera vuelta electoral del 25 de octubre, donde Macri tuvo un sorprendente buen desempeño que forzó el balotaje en el que finalmente se consagró.
"La eliminación de los impuestos y las restricciones sobre las exportaciones de maíz es suficiente para incentivar la siembra", dijo Hughes.
Producir maíz en Argentina cuesta cerca de 535 dólares por hectárea, un 80 por ciento más que la soja.
CAMPO FAVORABLE PARA SOJA
El presidente electo dijo que recortará en 5 puntos porcentuales el impuesto del 35 por ciento sobre la exportación de soja, de la que Argentina es el tercer exportador mundial y el principal proveedor global de su harina y aceite derivados.
Ante el cambio de perspectivas, el optimismo reina en el sector agrícola local, que cuestionaba desde hace años las políticas de la presidenta de centroizquierda Cristina Fernández con el argumento de que golpeaba la rentabilidad y hacía casi imposible planificar su negocio.
"Hoy la soja mayo en Matba (mercado disponible de Buenos Aires) cotiza 221 dólares (por tonelada), lo que indica que la reducción de alícuota de las retenciones ya está descontada", dijo en un reporte Natalia Colombo, economista de la corredora de granos BLD.
Según BLD, los cambios de políticas elevarían en casi 4 puntos porcentuales la rentabilidad del maíz temprano, desde un nivel anterior del 8,7 por ciento de ganancia sobre la inversión, mientras que para la combinación maíz-trigo el margen se duplicaría, a 8,8 por ciento.
El equipo de Macri dice que la producción agrícola de Argentina podría trepar un 30 por ciento, a 130 millones de toneladas, para el final de su mandato en 2019. Pero el impacto de las reformas será inmediato y alcanzará a todos los principales granos del país sudamericano.
"Esperamos que el área (agrícola) total, si el clima acompaña y (el fenómeno) El Niño no hace muchas travesuras, pueda crecer hasta cerca de 700.000 hectáreas, de las cuales creemos que 250.000 pueden ser de maíz de segunda, poco más de 150.000 de girasol y el resto de soja, es decir unas 300.000 hectáreas", dijo Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina. (Editado por Nicolás Misculin/Hernán García)