6 jun (Sentido Común) - Al mismo tiempo que en el cuartel nacional del Partido Revolucionario Institucional, o PRI, estaban celebrando las aparentes victorias electorales en los Estado de México y Coahuila, las autoridades judiciales anunciaban la captura en Panamá de Roberto Borge, el exgobernador de ese partido político en Quintana Roo, acusado de operar recursos de procedencia ilícita.
Algunos podrían creer que el arresto de Borge reduciría el entusiasmo que se vivía en las oficinas centrales del PRI, o el ánimo que los inversionistas comenzaban a mostrar entonces por la victoria del candidato priísta al gobierno del Estado de México, pero eso no ocurrió.
Tan pronto como el Instituto Electoral del Estado de México (Ieem) anunció que, de acuerdo con su conteo rápido, el ganador de la elección de esa entidad era Alfredo del Mazo, el candidato del PRI, el peso comenzó a ganar terreno y no paró de hacerlo.
La moneda mexicana incluso cerró ayer, tras ratificarse ese resultado con base en los votos contabilizados --97% del total--, en 18.36 pesos por dólar, o una ganancia de 1.9% para alcanzar su mejor nivel en nueve meses.
Ese nivel es no sólo mucho mejor al que tenía el peso antes de la victoria electoral del presidente Donald J. Trump a inicios de noviembre, sino que incluso es el nivel más fuerte para un cierre desde el 6 de septiembre del año pasado cuando terminó la jornada en 18.26 pesos por dólar.
La ganancia del peso y de otros activos, como también mostró el índice de la Bolsa Mexicana de Valores que ganó 0.6%, reflejan que el capital prefirió ver al PRI mantener el poder en el Estado de México, a pesar de su mala reputación, que incrementar las posibilidades de que el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, gané la elección presidencial el próximo año.
Muchos creen que si la candidata de Morena al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, hubiese vencido en la elección del domingo, López Obrador habría sido un ganador indirecto.
"Los mercados financieros estaban preocupados por la posibilidad de que en el Estado de México se dieran los primeros pasos hacia un cambio de modelo económico", escribió Guillermo Aboumrad, director de estrategias de mercado de Finamex Casa de Bolsa, en un reporte tras el resultado de las elecciones. "Los votantes decidieron finalmente por la continuidad del modelo económico (aunque por un estrecho margen) y la reacción de los mercados fue positiva".
Los temores de que López Obrador dé marcha atrás a muchas de las reformas a favor de libre mercado que México ha venido implementando a lo largo de los últimos 30 años, hacen que aparentemente los inversionistas prefieran quedarse con lo conocido --el PRI--, aunque no sea la mejor opción, que en aventurarse a que llegue a la presidencia un político que ha mostrado en el pasado desprecio por las instituciones, el libre mercado o las reformas a favor de la transparencia y la modernidad.
Así, la victoria del PRI, principalmente en el Estado de México, fue vista por el mercado como algo favorable --aun cuando no garantice que López Obrador no vaya a ganar el próximo año la elección presidencial.
"Es el mismo Andrés Manuel que con su retórica ha espantado a los inversionistas", dijo Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays (LON:BARC) México, en una entrevista con El Financiero Bloomberg TV, el canal de televisión del periódico El Financiero.
Para los expertos, los escándalos de corrupción que han rodeado recientemente a diversos gobernadores del PRI y que han desprestigiado al partido son un mal menor en los esfuerzos del país por continuar implementando una agenda de reformas favorables para el futuro de México, en relación a la amenaza que podría representa la llegada de López Obrador al poder para esa agenda de cambios.
De hecho, muchos ven en la detención de Borge y de otros gobernadores priístas, como Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, arrestado hace dos meses en Guatemala, también por actos de corrupción, como símbolos de los avances que está logrando el país para contar con un sistema político más transparente y menos corrupto.
Muchos inversionistas incluso temen que esa evolución favorable que comienza a mostrar México en el combate a la corrupción, o a las prácticas irregulares, no ocurrirá si llegara a la presidencia López Obrador, por su propio pasado priísta --fue dirigente de ese partido antes de unirse a las filas del partido opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), para posteriormente fundar Morena-- y por su cercanía con políticos que no gozan de la mejor reputación.
López Obrador ha dicho que él combatirá como una de sus prioridades la corrupción, pero algunos creen que sólo lo hará para desprestigiar a sus enemigos y no para erradicar ese mal del país, pues la permitiría a sus colaboradores más cercanos.
La misma candidata a gobernadora del Estado de México por Morena, Gómez, se vio inmersa en escándalos durante su campaña de un aparente uso ilegal de recursos de los trabajadores del municipio de Texcoco, que ella dirigió, para financiar campañas electorales.
De ahí que, en pocas palabras, los mercados al reaccionar favorablemente a las victorias del PRI en el Estado de México y Coahuila, parecen indicar que prefieren la continuidad de ese partido político u otro que preserve el modelo económico actual de México, que el triunfo de candidatos cercanos a López Obrador.
No tenemos "una oposición atractiva claramente para los empresarios", dijo Vidal Romero, analista político y catedrático del departamento de ciencias políticas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en una entrevista telefónica. Los resultados "hablan también muy mal de la oposición que hay en México".
Para otros, sin embargo, los mercados financieros no se enfocan en el combate a la corrupción que un candidato u otro pueda representar o si cierto partido político ha sido involucrado en actos irregulares.
"Los mercados no castigan la corrupción", dijo Carlos Bravo Regidor, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en una entrevista telefónica. "Los mercado en eso son muy fríos".
El caso que quizá mejor ejemplifica la reacción favorable de la victoria del PRI en el Estado de México fue la reacción de los títulos de la empresa concesionaria de vialidades de peaje, OHL (MC:OHL) México, una filial de la empresa española Obrascón Huarte Laín.
La compañía desde hace unos años ha estado involucrada en diversos escándalos de corrupción por sus aparentes vínculos con los gobiernos que han pasado por el Estado de México en los últimos años, particularmente con la administración de Peña Nieto.
Los escándalos iniciaron con la filtración de audios editados en los que aparentemente funcionarios del Estado de México recibían regalos de la compañía operadora de carreteras.
Desde entonces OHL México ha estado bajo el escrutinio público y sus acciones han mostrado fuertes vaivenes cada vez que surgen algunos escándalos que la mencionan.
Hasta antes de conocerse el resultado de la elección a gobernador en el Estado de México, muchos temían que la empresa podría sufrir hasta la remoción de las concesiones para administrar vialidades en la entidad si ganaba Gómez.
De ahí que tras anunciarse la victoria virtual de Del Mazo el domingo, ese resultado impulsara ayer al alza los títulos de la empresa cotizados en la Bolsa Mexicana de Valores. La acción de la compañía cerró la jornada pasada con una ganancia de 5.5%, en una sesión en que la bolsa de valores avanzó 0.6%, lo que para muchos mostró que el triunfo del candidato priísta es favorable para la empresa, frente a menores riesgos de que sufra un mayor escrutinio por parte del próximo gobierno del Estado de México.
"Lo de OHL es" ominoso, agregó Bravo Regidor en la entrevista. "Este resultado le representa garantías".
(Redacción Sentido Común)