por Dassaev Rodríguez Ramírez
(Retransmite la historia publicada el 27 de septiembre)
Infosel, septiembre. 27.- A menos de dos semanas de revelar la meta de producción petrolera que el próximo gobierno esperaba lograr para el fin del sexenio que comenzará el 1 de diciembre, el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador, el futuro mandatario mexicano, tuvo que recortar esa estimación, muy probablemente ante la complejidad que enfrenta el país para elevar la producción de crudo tras casi tres lustros de caídas continuas.
La nueva estimación del futuro gobierno en cuanto a la producción petrolera que tendrá México en 2024 es de 2.4 millones de barriles de petróleo diario, o 7.7% menos que la estimación que reveló López Obrador a mediados de mes, cuando planteó la extracción de 2.6 millones de barriles.
Claro que de todas maneras, la nueva meta de producción de crudo es casi 30% superior a la producción actual de poco más de 1.8 millones de barriles diarios, que realiza la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.
El actual director de Pemex, Carlos Treviño, incluso dijo hoy en un foro organizado por el Consejo Mexicano del Petróleo en el puerto de Acapulco, Guerrero, que la empresa no podrá llegar a la meta de producción de 1.95 millones de barriles de crudo diario que se había fijado a finales del año pasado.
La razón de ello son los problemas operacionales que sufrió el campo petrolero Xanab, en aguas someras, frente a las costas de Tabasco, y que frenaron su producción total en los meses de julio y agosto.
Hasta entonces, el campo petrolero producía para Pemex cerca de 175 mil barriles diarios.
Los problemas en Xanab incluso harán que Pemex muy probablemente tenga que importar cerca de 100 mil barriles diarios de crudo en octubre para mantener la producción de combustibles en sus refinerías.
"Exactamente, es probable que lo hagamos para suplir el crudo ligero que perdimos en Xanab para poder mantener nuestras refinerías", dijo Treviño en Acapulco, en el estado de Guerrero.
Si bien los problemas con el pozo Xanab explican de alguna forma la posible necesidad de Pemex de importar crudo el próximo mes, la razón de fondo es la caída en la producción petrolera que ha venido enfrentando la empresa a lo largo de casi dos décadas.
En julio de este año, la producción de petróleo en México acumuló incluso dos años y medio ininterrumpidos de contracción, con lo que esas actividades registran ya un desplome de más de 50%.
Pemex llegó a producir cerca de 3.4 millones de barriles diarios en 2004.
Para los analistas, las principales causas del desplome de la producción petrolera mexicana son, por un lado, el fin del campo petrolero Cantarell, que por años fue el yacimiento que convirtió a México en potencia petrolera, y, por otro, las dificultades financieras que ha enfrentado Pemex, que le han impedido realizar las inversiones necesarias para impulsar las actividades de exploración y explotación de campos petroleros.
Así, la producción petrolera mexicana no crece en términos anuales desde enero de 2016, cuando apenas tuvo un respiro frente a los declives que venía teniendo año tras año, para avanzar 0.3% frente a la producción del mismo mes de 2015.
Un elemento que podría ayudar a México a elevar su producción petrolera es la llegada de capitales privados a las actividades de exploración y explotación, algo que hasta 2014 tenían prohibido hacer ya que toda la cadena de valor petrolera estaba reservada al Estados, en general, y a Pemex, en particular.
Eso ya cambió gracias a las reformas legales y constitucionales de 2013 y 2014, aunque no han arrojado aún resultados concretos, pues apenas y comienzan a materializarse los programas privados de exploración de crudo en el país.
Esos programas, sin embargo, están también en espera de ver lo que hará el próximo gobierno en materia de política energética.
Hasta ahora, miembros del equipo de transición del futuro gobierno han dicho que están revisando los contratos asignados a empresa privadas para la explotación de crudo en aguas y tierras mexicanas.
Si bien López Obrador mantiene una postura nacionalista con relación a la industria petrolera, no está al parecer peleado con que compañías privadas puedan incluso participar en el sector a fin de fortalecer la producción petrolera mexicana.
Incluso hoy, el futuro mandatario intentó tranquilizar a quienes están nerviosos por su llegada al poder y por haber dicho que la reforma energética fracasó, al aclarar que más que criticar los cambios o revertirlos lo que quiere es apuntalar un sector que enfrenta graves problemas.
"No se trata de culpar a nadie, no se trata de decir que fracasó la reforma energética, no vamos a generar esas polémicas, esos debates, se trata de ver hacia adelante y rescatar y fortalecer la industria petrolera", dijo López Obrador en conferencia de prensa, tras una reunión con empresarios del sector petrolero, quienes dijeron sentirse confiados de que los contratos otorgados hasta ahora serán respetados y que el futuro gobierno comprenda más adelante que las compañías privadas --nacionales y extranjeras-- pueden ser sus aliadas para fortalecer al sector e incluso para fortalecer a Pemex.
"Nos quedó muy claro, el presidente electo lo dijo en varias ocasiones, que van a respetar los contratos, obviamente en la medida en que nosotros estemos cumpliendo con los compromisos en esos contratos", dijo Alberto de la Fuente, presidente de la junta directiva de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, tras salir del encuentro con López Obrador y miembros de su equipo de transición. "Nos vamos con la tranquilidad de que nuestros contratos serán honrados, porque así nos lo ha hecho saber el presidente electo".
La futura secretaria de Energía, Rocío Nahle, corroboró esa percepción empresarial y la postura del futuro gobierno al decir, tras el encuentro, que "los acuerdos que haya hecho el gobierno anterior, pues son acuerdos que tiene que respetar este gobierno".
Fuente: REDACCIÓN INFOSEL
(Retransmite la historia publicada el 27 de septiembre)
Infosel, septiembre. 27.- A menos de dos semanas de revelar la meta de producción petrolera que el próximo gobierno esperaba lograr para el fin del sexenio que comenzará el 1 de diciembre, el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador, el futuro mandatario mexicano, tuvo que recortar esa estimación, muy probablemente ante la complejidad que enfrenta el país para elevar la producción de crudo tras casi tres lustros de caídas continuas.
La nueva estimación del futuro gobierno en cuanto a la producción petrolera que tendrá México en 2024 es de 2.4 millones de barriles de petróleo diario, o 7.7% menos que la estimación que reveló López Obrador a mediados de mes, cuando planteó la extracción de 2.6 millones de barriles.
Claro que de todas maneras, la nueva meta de producción de crudo es casi 30% superior a la producción actual de poco más de 1.8 millones de barriles diarios, que realiza la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.
El actual director de Pemex, Carlos Treviño, incluso dijo hoy en un foro organizado por el Consejo Mexicano del Petróleo en el puerto de Acapulco, Guerrero, que la empresa no podrá llegar a la meta de producción de 1.95 millones de barriles de crudo diario que se había fijado a finales del año pasado.
La razón de ello son los problemas operacionales que sufrió el campo petrolero Xanab, en aguas someras, frente a las costas de Tabasco, y que frenaron su producción total en los meses de julio y agosto.
Hasta entonces, el campo petrolero producía para Pemex cerca de 175 mil barriles diarios.
Los problemas en Xanab incluso harán que Pemex muy probablemente tenga que importar cerca de 100 mil barriles diarios de crudo en octubre para mantener la producción de combustibles en sus refinerías.
"Exactamente, es probable que lo hagamos para suplir el crudo ligero que perdimos en Xanab para poder mantener nuestras refinerías", dijo Treviño en Acapulco, en el estado de Guerrero.
Si bien los problemas con el pozo Xanab explican de alguna forma la posible necesidad de Pemex de importar crudo el próximo mes, la razón de fondo es la caída en la producción petrolera que ha venido enfrentando la empresa a lo largo de casi dos décadas.
En julio de este año, la producción de petróleo en México acumuló incluso dos años y medio ininterrumpidos de contracción, con lo que esas actividades registran ya un desplome de más de 50%.
Pemex llegó a producir cerca de 3.4 millones de barriles diarios en 2004.
Para los analistas, las principales causas del desplome de la producción petrolera mexicana son, por un lado, el fin del campo petrolero Cantarell, que por años fue el yacimiento que convirtió a México en potencia petrolera, y, por otro, las dificultades financieras que ha enfrentado Pemex, que le han impedido realizar las inversiones necesarias para impulsar las actividades de exploración y explotación de campos petroleros.
Así, la producción petrolera mexicana no crece en términos anuales desde enero de 2016, cuando apenas tuvo un respiro frente a los declives que venía teniendo año tras año, para avanzar 0.3% frente a la producción del mismo mes de 2015.
Un elemento que podría ayudar a México a elevar su producción petrolera es la llegada de capitales privados a las actividades de exploración y explotación, algo que hasta 2014 tenían prohibido hacer ya que toda la cadena de valor petrolera estaba reservada al Estados, en general, y a Pemex, en particular.
Eso ya cambió gracias a las reformas legales y constitucionales de 2013 y 2014, aunque no han arrojado aún resultados concretos, pues apenas y comienzan a materializarse los programas privados de exploración de crudo en el país.
Esos programas, sin embargo, están también en espera de ver lo que hará el próximo gobierno en materia de política energética.
Hasta ahora, miembros del equipo de transición del futuro gobierno han dicho que están revisando los contratos asignados a empresa privadas para la explotación de crudo en aguas y tierras mexicanas.
Si bien López Obrador mantiene una postura nacionalista con relación a la industria petrolera, no está al parecer peleado con que compañías privadas puedan incluso participar en el sector a fin de fortalecer la producción petrolera mexicana.
Incluso hoy, el futuro mandatario intentó tranquilizar a quienes están nerviosos por su llegada al poder y por haber dicho que la reforma energética fracasó, al aclarar que más que criticar los cambios o revertirlos lo que quiere es apuntalar un sector que enfrenta graves problemas.
"No se trata de culpar a nadie, no se trata de decir que fracasó la reforma energética, no vamos a generar esas polémicas, esos debates, se trata de ver hacia adelante y rescatar y fortalecer la industria petrolera", dijo López Obrador en conferencia de prensa, tras una reunión con empresarios del sector petrolero, quienes dijeron sentirse confiados de que los contratos otorgados hasta ahora serán respetados y que el futuro gobierno comprenda más adelante que las compañías privadas --nacionales y extranjeras-- pueden ser sus aliadas para fortalecer al sector e incluso para fortalecer a Pemex.
"Nos quedó muy claro, el presidente electo lo dijo en varias ocasiones, que van a respetar los contratos, obviamente en la medida en que nosotros estemos cumpliendo con los compromisos en esos contratos", dijo Alberto de la Fuente, presidente de la junta directiva de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, tras salir del encuentro con López Obrador y miembros de su equipo de transición. "Nos vamos con la tranquilidad de que nuestros contratos serán honrados, porque así nos lo ha hecho saber el presidente electo".
La futura secretaria de Energía, Rocío Nahle, corroboró esa percepción empresarial y la postura del futuro gobierno al decir, tras el encuentro, que "los acuerdos que haya hecho el gobierno anterior, pues son acuerdos que tiene que respetar este gobierno".
Fuente: REDACCIÓN INFOSEL