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CIUDAD DE MÉXICO, 15 abr (Reuters) - El ex gobernador mexicano Javier Duarte, considerado un caso emblemático de los altos niveles de corrupción de México, fue capturado en Guatemala tras más de cinco meses de búsqueda, informó el sábado la fiscalía federal.
Duarte, quien dirigió entre 2010 y 2016 al estado petrolero de Veracruz por el Partido Revolucionario Institucional (PRI)- al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto-, está acusado de desvíos millonarios de fondos públicos, tanto federales como del estado.
"Como resultado de las investigaciones realizadas por las dependencias que integran el gabinete de seguridad del Gobierno de la República y con el apoyo de la Oficina Central de Interpol en Guatemala, Javier Duarte de Ochoa fue localizado y detenido con fines de extradición en el Municipio de Panajachel, Departamento de Sololá, en ese país", dijo la fiscalía en un comunicado.
Los cargos que se le imputan son operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
La Procuraduría General de la República (fiscalía federal) agregó que pidió este sábado a la cancillería que solicite a Guatemala la extradición del ex gobernador, para lo cual tiene un plazo de 60 días según el tratado de extradición vigente entre ambos países.
Duarte había desaparecido después de pedir licencia el 12 de octubre al Congreso del estado argumentando que lo hacía para enfrentar las acusaciones, las cuales ha rechazado. Días después, la fiscalía libró una orden de captura en su contra.
Bajo sus casi seis años de gestión, el estado de Veracruz, uno de los más ricos del país latinoamericano, duplicó su deuda mientras el crimen organizado se expandió dejando un rastro de asesinatos, secuestros y desapariciones.
Algunos medios mexicanos divulgaron una fotografía de Duarte detenido, vistiendo un chaleco oscuro y una camisa azul celeste y flanqueado por dos agentes de Interpol.
Para muchos mexicanos, Duarte encarna la ineficiencia o desinterés del Gobierno de Enrique Peña Nieto por luchar contra la corrupción y su caso podría ser un factor muy negativo para que el PRI retenga la presidencia en las elecciones de 2018.
El PRI, que había expulsado a Duarte, perdió el año pasado la gobernación de Veracruz y otros importantes bastiones regionales en comicios estatales, en lo que fue considerado un voto castigo contra la corrupción y la inclemente violencia. (Reporte de Anahí Rama; Editado por Silene Ramírez)