por Eduardo García
Infosel, enero. 22.- Cada vez que Miguel Ángel Carmona, un ingeniero y diseñador de plantas industriales, tomaba un baño, lamentaba que cerca de 15 litros de agua se tiraran mientras su regadera arrojaba finalmente el agua caliente que requería para ducharse.
Frente a esa frustración, comenzó a reflexionar para ver si era posible diseñar un sistema --más allá de una cubeta-- que resolviera ese irritante desperdicio de agua, que si se suma día tras día y se multiplica por el número de viviendas de la capital del país resulta ser un enorme problema.
De acuerdo a diversos estudios, una familia malgasta cerca de 22 mil litros de agua al año esperando el agua caliente en sus baños, lo que para una metrópoli como Ciudad de México son millones de litros simplemente vertidos al drenaje.
"Cómo todos me preocupaba tirar agua esperando la llegada de la caliente", dijo Carmona, en una entrevista. "Comencé entonces a pensar si era posible solucionar el problema".
Fue así como Carmona, tras reflexionar sobre la forma como hoy construimos los baños, tuvo la idea de inventar un dispositivo, o sensor, que alertara al usuario si el agua que recorría las tuberías internas estaba ya caliente o no, de tal suerte que si lo estuviera, entonces sí, con sólo apretar un botón, pudiera dirigirla hacia la regadera.
Si no, el agua seguiría circulando por detrás de la pared para regresar a la cisterna de la casa, desde donde podría reutilizarse y así evitar su desperdicio.
En esencia, el sensor de Carmona, con 65 años de edad y hoy jubilado, alerta al usuario de la temperatura a la que el agua recorre las tuberías a través de la pared. Si el agua ya está caliente, la luz del sensor lo indica y el usuario dirige entonces el líquido a la regadera con sólo apretar un botón.
La innovación de Carmona esta así centrada --más que nada-- en el sensor, ya que los sistemas para desviar el agua hacia la cisterna, en lugar de hacia la regadera, existen ya en el mercado.
"Todo existen menos el sensor y esas es nuestra aportación", dijo Carmona, dueño de la patente del sistema de ahorro de agua para las viviendas. "Claro que lo que proponemos es empezar a construir de una manera distinta para ofrecer esta solución de ahorro de agua en todas las casas nuevas".
El inventor estima que si en México las nuevas viviendas se construyeran con el sistema de desviación de agua, más su sensor, que comercializa bajo la marca Aqualight, el país podría ahorrar una cantidad brutal de agua, que equivaldría a llenar una alberca de 10 metros de profundidad con una longitud y ancho similar al de la Avenida de los Insurgentes de la capital del país, que tiene 28.8 kilómetros de largo por cerca de 30 metros de ancho.
Claro que el invento de Carmona no puede utilizarse en las viviendas que ya existen en el país al no tener la tubería que desvía el agua a la cisterna o a la regadera; a menos, claro, que se lleve a cabo un proceso de remodelación.
Pero para las viviendas nuevas, el sensor permitiría el ahorro de miles de litro por año y, por lo tanto, una reducción en el costo del recibo del agua, lo que hace incluso más costeable la compra del sensor y del sistema para desviar el agua.
Actualmente, Acualight vende su dispositivo en alrededor de mil 500 pesos (80 dólares), por lo que esa "inversión" podría cubrirse en poco tiempo por los menores recibos de agua.
Además, ante una posible falla del sensor, su reemplazo resulta sencillo ya que el aparato se atornilla y desatornilla fácilmente de la pared del baño en donde se instala.
Finalmente, el sensor tampoco implica un gasto adicional para su comprador pues la luz que emite para distinguir si el agua está aún fría o si ya está caliente la genera el mismo líquido al pasar por el mismo.
El sensor acualight "no requiere energía, con el paso del agua se activa", agregó Carmona. "La energía hidráulica es la que lo hace funcionar".
Todos estos factores, le han permitido a Carmona recibir ya varios reconocimientos.
El último provino de la asociación que han conformado el conglomerado industrial mexicano, Fomento Económico Mexicano (Femsa), y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para seleccionar y premiar --año con año-- las mejores innovaciones en materia de agua, saneamiento y residuos sólidos en América Latina y el Caribe.
El sensor Acualight ganó, de hecho, el segundo lugar del premio Femsa-BID del año pasado, lo que representó un premio de 10 mil dólares para Carmona, quien espera usar esos recursos para publicitar su invención y seguir promoviendo su sistema de ahorro de agua entre desarrolladores de vivienda, como la empresa Altos Desarrollos, y organismos gubernamentales que apoyan la construcción de viviendas en el país, como el Instituto del Fondo Nacional de Vivienda (Infonavit).
Infosel, enero. 22.- Cada vez que Miguel Ángel Carmona, un ingeniero y diseñador de plantas industriales, tomaba un baño, lamentaba que cerca de 15 litros de agua se tiraran mientras su regadera arrojaba finalmente el agua caliente que requería para ducharse.
Frente a esa frustración, comenzó a reflexionar para ver si era posible diseñar un sistema --más allá de una cubeta-- que resolviera ese irritante desperdicio de agua, que si se suma día tras día y se multiplica por el número de viviendas de la capital del país resulta ser un enorme problema.
De acuerdo a diversos estudios, una familia malgasta cerca de 22 mil litros de agua al año esperando el agua caliente en sus baños, lo que para una metrópoli como Ciudad de México son millones de litros simplemente vertidos al drenaje.
"Cómo todos me preocupaba tirar agua esperando la llegada de la caliente", dijo Carmona, en una entrevista. "Comencé entonces a pensar si era posible solucionar el problema".
Fue así como Carmona, tras reflexionar sobre la forma como hoy construimos los baños, tuvo la idea de inventar un dispositivo, o sensor, que alertara al usuario si el agua que recorría las tuberías internas estaba ya caliente o no, de tal suerte que si lo estuviera, entonces sí, con sólo apretar un botón, pudiera dirigirla hacia la regadera.
Si no, el agua seguiría circulando por detrás de la pared para regresar a la cisterna de la casa, desde donde podría reutilizarse y así evitar su desperdicio.
En esencia, el sensor de Carmona, con 65 años de edad y hoy jubilado, alerta al usuario de la temperatura a la que el agua recorre las tuberías a través de la pared. Si el agua ya está caliente, la luz del sensor lo indica y el usuario dirige entonces el líquido a la regadera con sólo apretar un botón.
La innovación de Carmona esta así centrada --más que nada-- en el sensor, ya que los sistemas para desviar el agua hacia la cisterna, en lugar de hacia la regadera, existen ya en el mercado.
"Todo existen menos el sensor y esas es nuestra aportación", dijo Carmona, dueño de la patente del sistema de ahorro de agua para las viviendas. "Claro que lo que proponemos es empezar a construir de una manera distinta para ofrecer esta solución de ahorro de agua en todas las casas nuevas".
El inventor estima que si en México las nuevas viviendas se construyeran con el sistema de desviación de agua, más su sensor, que comercializa bajo la marca Aqualight, el país podría ahorrar una cantidad brutal de agua, que equivaldría a llenar una alberca de 10 metros de profundidad con una longitud y ancho similar al de la Avenida de los Insurgentes de la capital del país, que tiene 28.8 kilómetros de largo por cerca de 30 metros de ancho.
Claro que el invento de Carmona no puede utilizarse en las viviendas que ya existen en el país al no tener la tubería que desvía el agua a la cisterna o a la regadera; a menos, claro, que se lleve a cabo un proceso de remodelación.
Pero para las viviendas nuevas, el sensor permitiría el ahorro de miles de litro por año y, por lo tanto, una reducción en el costo del recibo del agua, lo que hace incluso más costeable la compra del sensor y del sistema para desviar el agua.
Actualmente, Acualight vende su dispositivo en alrededor de mil 500 pesos (80 dólares), por lo que esa "inversión" podría cubrirse en poco tiempo por los menores recibos de agua.
Además, ante una posible falla del sensor, su reemplazo resulta sencillo ya que el aparato se atornilla y desatornilla fácilmente de la pared del baño en donde se instala.
Finalmente, el sensor tampoco implica un gasto adicional para su comprador pues la luz que emite para distinguir si el agua está aún fría o si ya está caliente la genera el mismo líquido al pasar por el mismo.
El sensor acualight "no requiere energía, con el paso del agua se activa", agregó Carmona. "La energía hidráulica es la que lo hace funcionar".
Todos estos factores, le han permitido a Carmona recibir ya varios reconocimientos.
El último provino de la asociación que han conformado el conglomerado industrial mexicano, Fomento Económico Mexicano (Femsa), y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para seleccionar y premiar --año con año-- las mejores innovaciones en materia de agua, saneamiento y residuos sólidos en América Latina y el Caribe.
El sensor Acualight ganó, de hecho, el segundo lugar del premio Femsa-BID del año pasado, lo que representó un premio de 10 mil dólares para Carmona, quien espera usar esos recursos para publicitar su invención y seguir promoviendo su sistema de ahorro de agua entre desarrolladores de vivienda, como la empresa Altos Desarrollos, y organismos gubernamentales que apoyan la construcción de viviendas en el país, como el Instituto del Fondo Nacional de Vivienda (Infonavit).