Por Hugh Bronstein y Maximilian Heath
BUENOS AIRES, 28 mayo (Reuters) - El bajo nivel del río Paraná en Argentina seguirá afectando las exportaciones agrícolas del país por lo menos hasta septiembre, dijeron autoridades y expertos, que señalaron que compañías en el polo agroportuario de Rosario deberán continuar cargando las bodegas de los barcos por debajo de su nivel habitual.
Una sequía en el sur de Brasil -donde nace el Paraná- ha hecho caer de forma dramática el nivel de uno de los principales ríos de Sudamérica a su altura más baja en décadas, causando demoras en el transporte y molienda de granos de Argentina, el mayor exportador mundial de aceite y harina de soja.
La severa baja comenzó en abril y se prolongaría hasta la primavera austral, atravesando los períodos de mayor actividad de carga de soja y maíz de Argentina.
"La baja del río es la más baja registrada desde hace 50 años", dijo a Reuters Omar Perotti, el gobernador de la provincia de Santa Fe, donde está emplazada la zona portuaria de Rosario, punto de partida del 80% de los embarques agrícolas y agroindustriales argentinos.
"Como mínimo hasta septiembre vamos a estar en esta situación. Esto impide la navegabilidad como la conocemos y limita la carga, asumiendo muchísimos costos", explicó Perotti.
Según la Prefectura Naval Argentina, hasta el miércoles el nivel del Paraná en Rosario era de 0,82 metros, muy por debajo de la altura media del río en mayo de 3,68 metros. En las mediciones del nivel de los ríos, el cero corresponde a una referencia y no a la profundidad del lecho del río.
Por la histórica caída del nivel del agua, en la zona de Rosario importantes empresas agroexportadoras están recortando sus cargas en alrededor de 10.000 toneladas, dijo Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Habitualmente, un buque modelo Panamax zarpa de Rosario con entre 50.000 y 55.000 toneladas de mercadería en sus bodegas.
La baja también dificulta la llegada de barcazas con soja paraguaya a Rosario.
La soja de Paraguay se mezcla con granos locales en las plantas de molienda rosarinas para elevar el nivel proteico de la harina y, de acuerdo a la BCR, las demoras en las barcazas generan retrasos en las tareas industriales e incumplimientos en programas de embarques y contratos.
"La solución tendría que empezar a llegar recién a partir de septiembre-octubre, cuando comience a restablecerse el período de lluvias en Brasil", dijo el meteorólogo Leonardo De Benedictis, que explicó que mientras tanto solo se registrarían precipitaciones que traerían un alivio temporal.
Hasta entonces, compañías como Bunge y Cargill tendrán que depender de las tareas de dragado del río para que el canal del Paraná continúe siendo navegable, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM), que agregó que la situación actual se prolongará por meses.
Calzada explicó que, por el bajo nivel, algunas embarcaciones registran en determinados momentos varaduras relativas, de las que eventualmente logran liberarse.
"Lamentablemente, vamos a tener que depender exclusivamente de que las dragas sigan haciendo, más allá de sus obligaciones, un muy buen mantenimiento de la vía navegable", dijo Wade. (Reporte de Hugh Bronstein y Maximilian Heath Editado por Eliana Raszewski)