por Eduardo García
Infosel, febrero. 27.- Braskem Idesa, una asociación en la que participan las compañías petroquímicas Braskem de Brasil y el conglomerado mexicano Grupo Idesa, dijo que bajo los términos del contrato que firmó para comprar gas etano de la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, no recibe ningún descuento o privilegio.
El precio que pagamos "es el mismo precio para todos los consumidores de gas etano en el país" de Pemex, dijo la compañía en un comunicado.
La aclaración la hizo la empresa luego que en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador un periodista preguntó al mandatario si ese contrato pudiese cancelarse luego que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el órgano del Congreso de la Unión que revisa las cuentas públicas del gobierno, indicará que en 2017 los términos bajo los cuales Pemex firmó el contrato de suministro de etano le estaban siendo desfavorables, además de que enfrentaba multas por no poder suministrar el volumen de gas acordado.
Frente a esa pregunta, López Obrador dijo que su gobierno sí estaba revisando el caso, algo que la compañía también corroboró al indicar que la estaba en negociaciones con Pemex para resolver los problemas financieros que el contrato estaba generando a Pemex y así lograr un acuerdo benéfico para ambas partes.
Claro que el presidente usó la pregunta para además señalar que en su administración ya no se están realizando operaciones "fraudulentas", sugiriendo que para él el acuerdo que firmó Pemex con Braskem Idesa estaba ensombrecido por posibles conductas corruptas.
Frente a esto, Braskem Idesa dijo en el comunicado que no existía ninguna irregularidad en lo firmado con Pemex, más cuando el acuerdo legal fue revisado no sólo por diferentes autoridades de la administración anterior, del presidente Enrique Peña Nieto, sino también por instituciones privadas y públicas internacionales.
El contrato incluso recibió financiamiento de Nacional Financiera y Banco Nacional de Comercio Exterior, dos bancos del Estado mexicano; además de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el banco estatal de desarrollo de Brasil Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES).
La empresa aclaró además que el contrato de suministro de etano lo obtuvo en 2009 al ganar una licitación internacional organizada por Pemex y el gobierno, y a la que invitaron a 30 compañías.
Bajo ese contrato, el ganador se comprometió a invertir para construir el complejo petroquímico Etileno XXI, mientras que Pemex suministraría el etano por 20 años.
Las condiciones de la compra del etano se modificaron en 2015 y son las que hoy regulan la compraventa y suministro de ese ingrediente para la producción de otros petroquímicos como etileno y polietileno de baja y alta densidad.
De hecho, el complejo Etileno XXI, ubicado en Nanchital, Veracruz, produce hoy tres millones de toneladas de polietileno, gracias a lo cual emplea de manera directa e indirecta a tres mil trabajadores, principalmente en el sur del país.
"Las condiciones comerciales actuales [para la compra del etano] se han aplicado desde 2015 para todos los consumidores de etano en México sin alguna preferencia para Braskem Idesa", agregó la empresa.
Un problema para Braskem Idesa es que la empresa controladora de la parte brasileña del negocio es la compañía constructora y de ingeniería, Odebrecht, la cual tiene una muy mala reputación luego que sus dirigentes admitieran en 2018 ante autoridades judiciales estadounidenses y brasileñas de haber pagado sobornos en diversas naciones de América Latina para ganar contratos de obra pública.
Los sobornos han provocado no sólo la caída de altos funcionarios gubernamentales, sino incluso de presidentes en Perú y otras naciones sudamericanas y centroamericanas.
Como resultado, muchas de las empresas vinculadas a Odebrecht sufren hoy de una mala reputación, aun cuando no hayan realizado actividades ilícitas o irregulares.
Claro que más que un problema de imagen de Braskem Idesa, la disputa actual en México se centra en los problemas que enfrenta Pemex para suministrar las cantidades de etano que prometió bajo el contrato firmado hace más de 10 años y revisado hace cinco años, y que hoy le están generando multas y recargos.
"La causa raíz de las dificultades de este contrato es la producción insuficiente de gas etano en el país", agregó Braskem Idesa. "Estamos abiertos a un dialogo colaborativo y abierto con Pemex y las autoridades correspondientes a fin de encontrar soluciones que resuelvan estas dificultades, respetando las condiciones que fijaron las bases para la inversión inicial en el proyecto, dentro del marco legal y la aplicación de la ley mexicana".
Los problemas de suministro de materias primas de Pemex no sólo los enfrenta la empresa estatal con Braskem Idesa. Otras compañías, como Alpek, también han resentido la falta de entrega de suministros.
Además, este no es el primer caso en que el gobierno de López Obrador ha buscado renegociar un contrato firmado por el gobierno de Peña Nieto. El año pasado, la administración lopezobradorista logró modificar con éxito las condiciones de siete contratos que firmó la empresa eléctrica estatal, Comisión Federal de Electricidad, con cuatro compañías constructoras y administradoras de proyectos de infraestructura energética para edificar gasoductos en el país.
La disputa con Braskem Idesa podría así tener una solución negociada, más cuando el gobierno de López Obrador sabe que un mal acuerdo podría enviar una muy mala señal y dañar las expectativas que tiene para reactivar la inversión privada en el país este año, sin la cual es difícil que el presidente pueda cumplir con la meta de contar con una tasa de crecimiento de 4% para 2024, el último año de su gobierno.
Infosel, febrero. 27.- Braskem Idesa, una asociación en la que participan las compañías petroquímicas Braskem de Brasil y el conglomerado mexicano Grupo Idesa, dijo que bajo los términos del contrato que firmó para comprar gas etano de la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, no recibe ningún descuento o privilegio.
El precio que pagamos "es el mismo precio para todos los consumidores de gas etano en el país" de Pemex, dijo la compañía en un comunicado.
La aclaración la hizo la empresa luego que en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador un periodista preguntó al mandatario si ese contrato pudiese cancelarse luego que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el órgano del Congreso de la Unión que revisa las cuentas públicas del gobierno, indicará que en 2017 los términos bajo los cuales Pemex firmó el contrato de suministro de etano le estaban siendo desfavorables, además de que enfrentaba multas por no poder suministrar el volumen de gas acordado.
Frente a esa pregunta, López Obrador dijo que su gobierno sí estaba revisando el caso, algo que la compañía también corroboró al indicar que la estaba en negociaciones con Pemex para resolver los problemas financieros que el contrato estaba generando a Pemex y así lograr un acuerdo benéfico para ambas partes.
Claro que el presidente usó la pregunta para además señalar que en su administración ya no se están realizando operaciones "fraudulentas", sugiriendo que para él el acuerdo que firmó Pemex con Braskem Idesa estaba ensombrecido por posibles conductas corruptas.
Frente a esto, Braskem Idesa dijo en el comunicado que no existía ninguna irregularidad en lo firmado con Pemex, más cuando el acuerdo legal fue revisado no sólo por diferentes autoridades de la administración anterior, del presidente Enrique Peña Nieto, sino también por instituciones privadas y públicas internacionales.
El contrato incluso recibió financiamiento de Nacional Financiera y Banco Nacional de Comercio Exterior, dos bancos del Estado mexicano; además de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el banco estatal de desarrollo de Brasil Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES).
La empresa aclaró además que el contrato de suministro de etano lo obtuvo en 2009 al ganar una licitación internacional organizada por Pemex y el gobierno, y a la que invitaron a 30 compañías.
Bajo ese contrato, el ganador se comprometió a invertir para construir el complejo petroquímico Etileno XXI, mientras que Pemex suministraría el etano por 20 años.
Las condiciones de la compra del etano se modificaron en 2015 y son las que hoy regulan la compraventa y suministro de ese ingrediente para la producción de otros petroquímicos como etileno y polietileno de baja y alta densidad.
De hecho, el complejo Etileno XXI, ubicado en Nanchital, Veracruz, produce hoy tres millones de toneladas de polietileno, gracias a lo cual emplea de manera directa e indirecta a tres mil trabajadores, principalmente en el sur del país.
"Las condiciones comerciales actuales [para la compra del etano] se han aplicado desde 2015 para todos los consumidores de etano en México sin alguna preferencia para Braskem Idesa", agregó la empresa.
Un problema para Braskem Idesa es que la empresa controladora de la parte brasileña del negocio es la compañía constructora y de ingeniería, Odebrecht, la cual tiene una muy mala reputación luego que sus dirigentes admitieran en 2018 ante autoridades judiciales estadounidenses y brasileñas de haber pagado sobornos en diversas naciones de América Latina para ganar contratos de obra pública.
Los sobornos han provocado no sólo la caída de altos funcionarios gubernamentales, sino incluso de presidentes en Perú y otras naciones sudamericanas y centroamericanas.
Como resultado, muchas de las empresas vinculadas a Odebrecht sufren hoy de una mala reputación, aun cuando no hayan realizado actividades ilícitas o irregulares.
Claro que más que un problema de imagen de Braskem Idesa, la disputa actual en México se centra en los problemas que enfrenta Pemex para suministrar las cantidades de etano que prometió bajo el contrato firmado hace más de 10 años y revisado hace cinco años, y que hoy le están generando multas y recargos.
"La causa raíz de las dificultades de este contrato es la producción insuficiente de gas etano en el país", agregó Braskem Idesa. "Estamos abiertos a un dialogo colaborativo y abierto con Pemex y las autoridades correspondientes a fin de encontrar soluciones que resuelvan estas dificultades, respetando las condiciones que fijaron las bases para la inversión inicial en el proyecto, dentro del marco legal y la aplicación de la ley mexicana".
Los problemas de suministro de materias primas de Pemex no sólo los enfrenta la empresa estatal con Braskem Idesa. Otras compañías, como Alpek, también han resentido la falta de entrega de suministros.
Además, este no es el primer caso en que el gobierno de López Obrador ha buscado renegociar un contrato firmado por el gobierno de Peña Nieto. El año pasado, la administración lopezobradorista logró modificar con éxito las condiciones de siete contratos que firmó la empresa eléctrica estatal, Comisión Federal de Electricidad, con cuatro compañías constructoras y administradoras de proyectos de infraestructura energética para edificar gasoductos en el país.
La disputa con Braskem Idesa podría así tener una solución negociada, más cuando el gobierno de López Obrador sabe que un mal acuerdo podría enviar una muy mala señal y dañar las expectativas que tiene para reactivar la inversión privada en el país este año, sin la cual es difícil que el presidente pueda cumplir con la meta de contar con una tasa de crecimiento de 4% para 2024, el último año de su gobierno.