El gobierno de Biden ha expresado su preocupación por la propuesta de adquisición de U.S. Steel por parte de Nippon Steel por valor de 14.900 millones de dólares, destacando los posibles riesgos para la seguridad nacional. Según las fuentes, en una carta enviada el sábado se advertía de que el acuerdo podría socavar la industria siderúrgica estadounidense.
Las aprensiones de la administración son compartidas tanto por figuras demócratas como republicanas, con la vicepresidenta Kamala Harris expresando el lunes su deseo de que U.S. Steel siga siendo de propiedad y gestión nacional. Del mismo modo, el expresidente Donald Trump ha indicado que bloquearía la adquisición si fuera reelegido.
El Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS) señaló en la carta que la transacción podría afectar negativamente a la producción de acero estadounidense y reducir la búsqueda de soluciones comerciales por parte de U.S. Steel. Se pidió a las empresas implicadas que respondieran a estas preocupaciones antes del miércoles.
En una respuesta, de la que se han compartido extractos, las empresas replican que rechazar el acuerdo podría provocar el cierre de los altos hornos de U.S. Steel, posibles pérdidas de puestos de trabajo y un debilitamiento del suministro de acero a las industrias estadounidenses. Argumentaron que la postura de EE.UU. parecía estar políticamente motivada y no basada en intereses reales de seguridad nacional.
La Casa Blanca ha optado por no comentar el asunto, y el Departamento del Tesoro, que supervisa el CFIUS, no ha respondido a las peticiones de comentarios.
Los representantes de Nippon Steel y U.S. Steel no comentaron directamente la carta, pero se remitieron a declaraciones anteriores en las que afirmaban que la adquisición no plantearía problemas de seguridad nacional y que, de hecho, reforzaría el sector siderúrgico estadounidense.
Un portavoz de U.S. Steel subrayó la intención de la empresa de explorar todas las vías legales para garantizar la conclusión del acuerdo, que consideran representa el mejor futuro para Pensilvania, la siderurgia estadounidense y sus partes interesadas.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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