El consejero delegado del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, se enfrentó el miércoles a los representantes de los trabajadores, abogando por los recortes sustanciales que considera necesarios para contrarrestar la amenaza competitiva de China.
Por su parte, la jefa de los trabajadores, Daniela Cavallo, advirtió de la posibilidad de nuevas huelgas si el cierre de plantas sigue siendo uno de los temas de las actuales discusiones salariales.
Este conflicto interno se produce mientras Volkswagen se prepara para una cuarta ronda de negociaciones fijada para el 9 de diciembre. La tensión fue palpable durante la asamblea, a la que asistieron unos 20.000 trabajadores y el ministro alemán de Trabajo, Hubertus Heil.
Blume hizo hincapié en la imperiosa necesidad de que Volkswagen se adapte, citando la agresiva entrada de nuevos competidores en el mercado y la importante presión sobre los precios que ejercen. Señaló a China como una región en la que Volkswagen debe recuperar su posición, reconociendo que hasta ahora ha sido una importante fuente de ingresos estables para la empresa.
Blume mencionó que los costes laborales alemanes son actualmente demasiado elevados para que la empresa pueda competir eficazmente.
En respuesta, Cavallo, que dirige el consejo laboral de Volkswagen, insistió en que los sacrificios deben ser compartidos por todos, incluidos la dirección y los accionistas, y no sólo por la plantilla. Ha criticado duramente a Blume por su gestión del conflicto y le ha pedido que se implique más.
Cavallo también se comprometió a alcanzar un acuerdo antes de Navidad, lo que requerirá compromisos y concesiones de todas las partes implicadas.
"Eso significará compromisos. También concesiones. Cosas que no te gustan y que a veces te perjudican de una manera u otra. Pero eso tiene que aplicarse a todas las partes", declaró Cavallo. "Si no, no es un compromiso".
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