por Francisco Delgado Castillo
(Actualiza con información de calificación de CFE)
Infosel, julio. 12.- Las empresas energéticas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) sufrieron una baja de calificación por parte de Moody's (NYSE:MCO) Investors Service, una consecuencia esperada luego que la agencia calificadora hiciera lo mismo con la nota de México.
La calificación global de la petrolera pasó de 'Ba3' a 'B1', o del tercer al cuarto escalón en grado especulativo, mientras que la perspectiva pasó de negativa a estable, por lo que un nuevo recorte podría no llegar pronto, dio a conocer la calificadora internacional en un reporte.
Por su parte, la nota internacional de largo plazo de CFE bajó de 'Baa1' a 'Baa2', del octavo al penúltimo puesto en grado de inversión, mientras que su perspectiva cambió exactamente en el mismo sentido que la de Pemex, dijo la agencia un día después.
El movimiento sobre la productora de petróleo "fue motivado por la rebaja de la calificación de México, dada la importancia crítica de la solidez financiera del gobierno", escribió el equipo de expertos de Moody's liderado por Nymia C. Almeida en el reporte. "La acción también consideró los altos vencimientos de deuda de Pemex".
La semana pasada el gobierno de México recibió de la agencia un recorte de calificación global de largo plazo a 'Baa2', el penúltimo puesto en grado de inversión, con base en débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales que impedirán un dinamismo económico y pondrán a prueba la solidez fiscal del país.
Con la degradación, que alineó la nota de Moody's al nivel de S&P Global Ratings y la dejó un escaño arriba de la opinión de Fitch Ratings, el soberano también pasó su perspectiva de negativa a estable.
En ese sentido, el análisis de la calificadora incluye un supuesto de apoyo gubernamental muy alto para la petrolera en caso de ser necesario e incluso asume una correlación de incumplimiento muy elevada entre Pemex y el país.
La evaluación crediticia base (BCA, por sus siglas en inglés) de la petrolera estatal, que refleja la solidez crediticia independiente de la compañía, es de 'caa3', cinco niveles debajo de su calificación global.
En el caso de CFE, para quien la calificadora también estima un "muy fuerte" respaldo implícito del gobierno, la nota BCA es de ba3, cuatro puestos debajo de su nota global, o el tercer escaño en grado especulativo.
"Desde 2016, y lo que es más importante y cada vez más desde 2019 hasta 2021, el gobierno ha apoyado a Pemex de varias maneras", escribieron los analistas de la calificadora . "Moody's asume que el gobierno, como prometió, continuará financiando las necesidades de efectivo de Pemex y ayudará a la empresa a cumplir con sus obligaciones".
Ambas empresas energéticas son de gran importancia de la estrategia de política económica del gobierno federal, aunque al mismo tiempo Pemex representa una pesada carga.
Los pasivos de la empresa sumaron 108 mil millones de dólares al cierre de marzo, siendo 131 veces mayores a su flujo de operación anualizado, mientras que su producción mensual de hidrocarburos apenas se recupera de mínimos de 30 años y sus exportaciones son la mitad de lo que registraron en 2010.
Entre los apoyos que ha recibido Pemex, como parte de una estrategia gubernamental para recuperar la rectoría en materia energética, está una reducción a la tasa fiscal por los derechos a las utilidades compartidas de 52 a 40%.
En diciembre de 2021 la petrolera recibió una aportación patrimonial por tres mil 500 millones de dólares por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), algo que posteriormente le ayudó a bajar en 10 mil 500 millones sus obligaciones financieras de corto y mediano plazo.
Gracias a ello la compañía incluso tiene planes para invertir más de 54 mil millones de dólares de 2022 a 2024, que consideran alcanzar una plataforma petrolera de dos millones de barriles diarios para 2024, una producción de 858 mil barriles diarios de gasolina y 542 mil barriles por día de diésel.
Sin embargo, los retos de liquidez para Pemex siguen presente, señala Moody's en su reporte.
Pemex enfrenta vencimientos de deuda de cinco mil 100 millones de dólares para 2022, siete mil 500 millones para 2023 y ocho mil 900 millones para 2024, lo que aunado a una generación de flujo de efectivo libre negativo para los próximos 12 a 18 meses la hará seguir dependiendo de ayudas.
"Pemex tiene una liquidez débil y depende en gran medida del apoyo del gobierno", escribieron los expertos de la calificadora.
La limitada disponibilidad de efectivo también impedirá a la empresa, anticipa la agencia, invertir capital en exploración y producción, por lo que la empresa no aumentará la producción y reservas los próximos años.
Además, el acceso de Pemex a los mercados de capital es actualmente limitado debido a su riesgo crediticio intrínseco.
Para el caso de CFE, Moody's tomo en cuenta que su desempeño financiero probablemente seguirá siendo débil los próximos 12 a 18 meses, debido a un entorno de altos precios de gas natural y desafíos relacionados con un programa de grandes gastos de capital que requerirán deuda.
"CFE puede recuperar costos a través de tarifas a lo largo del tiempo o mediante transferencias gubernamentales extraordinarias, aunque el tamaño y el momento son muy inciertos", señalo la calificadora.
Los precios del gas natural, impulsados por la guerra en Ucrania, se mantendrán elevados en 2022, algo que la compañía no podrá transmitir totalmente a sus clientes, lo que junto con un flujo de efectivo negativo y planes de inversión de más de 580 mil millones de pesos hacia 2026 también la harán dependiente de los apoyos presupuestales.
Pemex estatal ha perdido tres niveles de calificación para Moody's Investor Services desde abril de 2020, o hace poco más de dos años, mientras que su perspectiva se había mantenido negativa desde junio de 2019.
CFE también ostentaba la perspectiva negativa desde el sexto mes de 2019, solamente que la de hoy es su primera baja de calificación global desde entonces.
S&P tiene asignada a Pemex una calificación de 'BBB', el penúltimo puesto en grado de inversión, como espejo del soberano, mientras que la nota de Fitch Ratings es 'BB-', el tercer escalón especulativo en su escala.
* César Pérez colaboró con esta historia
(Actualiza con información de calificación de CFE)
Infosel, julio. 12.- Las empresas energéticas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) sufrieron una baja de calificación por parte de Moody's (NYSE:MCO) Investors Service, una consecuencia esperada luego que la agencia calificadora hiciera lo mismo con la nota de México.
La calificación global de la petrolera pasó de 'Ba3' a 'B1', o del tercer al cuarto escalón en grado especulativo, mientras que la perspectiva pasó de negativa a estable, por lo que un nuevo recorte podría no llegar pronto, dio a conocer la calificadora internacional en un reporte.
Por su parte, la nota internacional de largo plazo de CFE bajó de 'Baa1' a 'Baa2', del octavo al penúltimo puesto en grado de inversión, mientras que su perspectiva cambió exactamente en el mismo sentido que la de Pemex, dijo la agencia un día después.
El movimiento sobre la productora de petróleo "fue motivado por la rebaja de la calificación de México, dada la importancia crítica de la solidez financiera del gobierno", escribió el equipo de expertos de Moody's liderado por Nymia C. Almeida en el reporte. "La acción también consideró los altos vencimientos de deuda de Pemex".
La semana pasada el gobierno de México recibió de la agencia un recorte de calificación global de largo plazo a 'Baa2', el penúltimo puesto en grado de inversión, con base en débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales que impedirán un dinamismo económico y pondrán a prueba la solidez fiscal del país.
Con la degradación, que alineó la nota de Moody's al nivel de S&P Global Ratings y la dejó un escaño arriba de la opinión de Fitch Ratings, el soberano también pasó su perspectiva de negativa a estable.
En ese sentido, el análisis de la calificadora incluye un supuesto de apoyo gubernamental muy alto para la petrolera en caso de ser necesario e incluso asume una correlación de incumplimiento muy elevada entre Pemex y el país.
La evaluación crediticia base (BCA, por sus siglas en inglés) de la petrolera estatal, que refleja la solidez crediticia independiente de la compañía, es de 'caa3', cinco niveles debajo de su calificación global.
En el caso de CFE, para quien la calificadora también estima un "muy fuerte" respaldo implícito del gobierno, la nota BCA es de ba3, cuatro puestos debajo de su nota global, o el tercer escaño en grado especulativo.
"Desde 2016, y lo que es más importante y cada vez más desde 2019 hasta 2021, el gobierno ha apoyado a Pemex de varias maneras", escribieron los analistas de la calificadora . "Moody's asume que el gobierno, como prometió, continuará financiando las necesidades de efectivo de Pemex y ayudará a la empresa a cumplir con sus obligaciones".
Ambas empresas energéticas son de gran importancia de la estrategia de política económica del gobierno federal, aunque al mismo tiempo Pemex representa una pesada carga.
Los pasivos de la empresa sumaron 108 mil millones de dólares al cierre de marzo, siendo 131 veces mayores a su flujo de operación anualizado, mientras que su producción mensual de hidrocarburos apenas se recupera de mínimos de 30 años y sus exportaciones son la mitad de lo que registraron en 2010.
Entre los apoyos que ha recibido Pemex, como parte de una estrategia gubernamental para recuperar la rectoría en materia energética, está una reducción a la tasa fiscal por los derechos a las utilidades compartidas de 52 a 40%.
En diciembre de 2021 la petrolera recibió una aportación patrimonial por tres mil 500 millones de dólares por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), algo que posteriormente le ayudó a bajar en 10 mil 500 millones sus obligaciones financieras de corto y mediano plazo.
Gracias a ello la compañía incluso tiene planes para invertir más de 54 mil millones de dólares de 2022 a 2024, que consideran alcanzar una plataforma petrolera de dos millones de barriles diarios para 2024, una producción de 858 mil barriles diarios de gasolina y 542 mil barriles por día de diésel.
Sin embargo, los retos de liquidez para Pemex siguen presente, señala Moody's en su reporte.
Pemex enfrenta vencimientos de deuda de cinco mil 100 millones de dólares para 2022, siete mil 500 millones para 2023 y ocho mil 900 millones para 2024, lo que aunado a una generación de flujo de efectivo libre negativo para los próximos 12 a 18 meses la hará seguir dependiendo de ayudas.
"Pemex tiene una liquidez débil y depende en gran medida del apoyo del gobierno", escribieron los expertos de la calificadora.
La limitada disponibilidad de efectivo también impedirá a la empresa, anticipa la agencia, invertir capital en exploración y producción, por lo que la empresa no aumentará la producción y reservas los próximos años.
Además, el acceso de Pemex a los mercados de capital es actualmente limitado debido a su riesgo crediticio intrínseco.
Para el caso de CFE, Moody's tomo en cuenta que su desempeño financiero probablemente seguirá siendo débil los próximos 12 a 18 meses, debido a un entorno de altos precios de gas natural y desafíos relacionados con un programa de grandes gastos de capital que requerirán deuda.
"CFE puede recuperar costos a través de tarifas a lo largo del tiempo o mediante transferencias gubernamentales extraordinarias, aunque el tamaño y el momento son muy inciertos", señalo la calificadora.
Los precios del gas natural, impulsados por la guerra en Ucrania, se mantendrán elevados en 2022, algo que la compañía no podrá transmitir totalmente a sus clientes, lo que junto con un flujo de efectivo negativo y planes de inversión de más de 580 mil millones de pesos hacia 2026 también la harán dependiente de los apoyos presupuestales.
Pemex estatal ha perdido tres niveles de calificación para Moody's Investor Services desde abril de 2020, o hace poco más de dos años, mientras que su perspectiva se había mantenido negativa desde junio de 2019.
CFE también ostentaba la perspectiva negativa desde el sexto mes de 2019, solamente que la de hoy es su primera baja de calificación global desde entonces.
S&P tiene asignada a Pemex una calificación de 'BBB', el penúltimo puesto en grado de inversión, como espejo del soberano, mientras que la nota de Fitch Ratings es 'BB-', el tercer escalón especulativo en su escala.
* César Pérez colaboró con esta historia