El 45% de los emprendedores y emprendedoras de México ha tenido alguna empresa que fracasó, siendo la falta de liquidez el principal motivo (35%), de acuerdo con un estudio de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM).
El dato revela que el efectivo disponible cobró mayor relevancia para que los negocios prosperaran en comparación con los datos de 2020, cuando la falta de liquidez era la cuarta causa de fracaso y la falta de conocimiento del mercado se ubicó en primer lugar.
La carencia de conocimiento del mercado, una mala administración y problemas con socios o para conseguir financiamiento son otras causas que se suman al fracaso de los emprendedores, según el reporte elaborado por la organización en conjunto con el Tec de Monterrey.
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Otra situación que la “Radiografía del Emprendimiento en México” arrojó es la dificultad para emprender en México, pues para 54% tiene que ver con la falta de acceso a financiamiento.
Mientras que un 53% considera que un obstáculo son los altos costos de la estructura fiscal y laboral, en tanto que un 36% considera que lo es la falta de educación o preparación para empresarios.
Plazos de pago afectan liquidez Además, para algunos emprendedores, los pagos se efectúan en 180 días, lo que afecta su liquidez, otros reciben notificaciones de que tienen que empezar el proceso para recibir el pago de nuevo a los 90 días de entregar el producto o el servicio.
El 39% de las empresas encuestadas por la ASEM mencionó que actualmente tiene atrasado el pago de facturas por parte de uno o más de sus clientes.
La asociación también encontró que cuatro de cada 10 emprendedores tienen facturas pendientes que sus clientes no han pagado, es decir, que aunque lograron poner un producto o servicio en el mercado, no consiguen que sus clientes les paguen a tiempo.
La Ley Federal de Adquisiciones tiene un plazo máximo de pago de 20 días, entonces buscamos homologar también con el sector privado, porque creemos que es importante esta parte para los emprendedores
afirmó en entrevista para EL CEO Jorge Corral, director ejecutivo de la ASEM.
Procesos legales lentos Si un emprendedor quisiera iniciar un proceso legal contra alguno de sus proveedores que no le pagó, tardaría casi dos años en obtener una resolución y tendría que invertir alrededor de 100,000 pesos.
También, las probabilidades de que el asunto contribuya al pago de la factura es bajo.
Lo anterior, debido a que solo el 8% de quienes iniciaron un proceso legal para recuperar el pago de su factura lograron recuperarlo efectivamente según el informe.
En principio, para el emprendedor es un problema decidirse a iniciar una queja contra un proveedor, pues no quiere perder la relación con el cliente, es decir, su relación comercial.
Y, por otro lado, los emprendedores se ven cortos de liquidez y se involucran en compromisos que luego no pueden pagar, lo que a veces implica asumir créditos o despedir personal.
Además, otro factor que supone una traba es que no hay claridad sobre la dependencia de gobierno donde se levantaría la queja, pues es una zona gris donde los emprendedores no saben a dónde acudir.
“Nadie sabe dónde ir, pocos saben que hay un tema de proceso legal que pueden iniciar, pero aún así tienen pocas chances de ganar, el esfuerzo más robusto que se puede hacer en este momento podríamos pensar en alternativas como el factoraje y otras más”, detalla Corral.
Adaptarse a la pandemia Otro factor que amenazó la liquidez de las empresas fue la pandemia de COVID-19 y las restricciones que se impusieron para contener contagios, que impactaron la situación financiera de muchas empresas.
Esto también llevó a 42% empresas a adaptar su oferta para seguir adelante, donde 28% agregó nuevos productos y servicios, mientras 13% agregó una nueva categoría de productos y servicios y 8% eliminó alguno de su catálogo.
Fue el caso de IMITI, una empresa fundada en 2012 dedicada a la organización de fiestas tipo club nocturno que, ante el confinamiento, enfrentó una serie de cancelaciones en sus tres salones por un tiempo prolongado.
Cuando estuvo la crisis más fuerte en los locales nos hicieron descuentos de 50% y hasta 80% de descuento (en la renta), nos fuimos a la mitad de nómina por unos ocho meses
platicó Diego Nider, director general de IMITI, en entrevista con EL CEO.
El siguiente paso para los emprendedores fue una modificación a su modelo, orientándolo a promover ventas a futuro, con promociones y facilidades.
Lo anterior, confiando en que eventualmente sería posible llevar a cabo las celebraciones pendientes.
Tras una serie de pruebas, encontraron la fórmula para atraer clientes, impulso que les permitió que, una vez que las condiciones permitieron reanudar actividades de entretenimiento, retomaron el ritmo de crecimiento.
Actualmente, eso les permite contar con dos salones de fiestas más.
Aunque Nider y su equipo lograron que su empresa saliera a flote del COVID-19, comentó que algunos emprendedores no corrieron con la misma suerte.
“Hay muchas variables, tengo un conocido que cerró por miedo, prefirió volver a su país natal. Otro cerró por falta de recursos, (la pandemia) los tomó por sorpresa y no pudieron darle la vuelta al negocio. Otro caso inició su negocio en enero de 2020 y estaban en un periodo de maduración, hay varios aspectos que te llevan a cerrar la cortina”, compartió.
Por Josie Palma e Italia López
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