por Francisco Delgado Castillo
Infosel, septiembre. 3.- Las empresas de tecnología financiera, o fintech, llegaron para quedarse al sistema financiero mexicano --y mundial--, con la promesa, basada en tecnologías disruptivas, de atacar grandes problemáticas como el uso de efectivo y la agilidad de atención al cliente, además de proponer nuevos modelos de negocio.
Si bien su papel puede que esté relacionado con la inclusión financiera, dada la baja penetración de ese tipo de servicios que hay en el país, también son negocios que buscan hacerse un espacio en un sistema disputado por empresas como las sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes), financieras populares (sofipos) y sobre todo, los grandes bancos.
"Las fintech están respondiendo tanto a una demanda de servicios creciente como a la exclusión financiera que persiste en Latinoamérica", escribió en un reporte reciente Andrés Fontao, co-fundador y managing partner de Finnovista, una plataforma que da seguimiento y apoyo a empresas del ramo en el país. "La tecnología y las nuevas generaciones están impulsando una evolución en los servicios financieros al incluir el uso de dispositivos móviles, big data, inteligencia artificial, entre otras innovaciones".
Por un lado están los nuevos modelos de negocio --aunque algunos ya tienen sus años-- como el financiamiento colectivo, o crowdfunding, los fondos de pago electrónico, o el uso de activos virtuales, que de hecho ya están considerados en la reciente Ley para Regular a las Instituciones de Tecnología Financiera, o Ley Fintech, una regulación pionera en Latinoamérica que pone la legislación mexicana a la altura de naciones desarrolladas como Países Bajos, Canadá, Reino Unido o Australia, pese a que no es universal.
Claro que las tecnológicas financieras también atienden el mercado de las compañías tradicionales, otorgando crédito y formas de almacenar y mover el dinero.
En esa línea se encuentran firmas como Nu, Sabadell, Fondeadora, y Klar, que son algunas de las financieras que están elevando sus apuestas por el mercado crediticio nacional con base en propuestas digitales.
Cuatro de cada 10 fintech centran su modelo de negocio en pagos, remesas o préstamos, convirtiendo este en el rubro más importante en el país, con base en datos de la consultora de negocios KPMG. En la misma línea, para 2021 más de la mitad de los pagos podrían realizarse con tarjetas digitales, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Hoy día las fintechs representan un mercado con ingresos anuales de 174 millones de dólares en el país, alcanzando un volumen de clientes de siete millones.
Los principales jugadores del sector han respondido con inversiones para adecuar tanto sus procesos internos como de cara al cliente a las nuevas tecnologías, además de "comerse" el talento naciente mediante concursos o compras directas.
"Muchas veces también es el negocio bancario el que empieza a desarrollar mucha tecnología, o si no, han comprado o invertido de forma importante en estos jugadores", dijo en entrevista Enrique Mendoza, especialista en el sector financiero de la casa de bolsa de Actinver.
En el último lustro sólo los cuatro más grandes, BBVA (MC:BBVA) México, Banorte, Citibanamex y Santander (MC:SAN) México, han anunciado --y en buena parte ejecutado-- inversiones por más de cinco mil 500 millones de dólares con la tecnología como su principal bandera, liderados por el anteriormente conocido como BBVA Bancomer.
En ese sentido, no parecen estar enfrentando aún un gran reto en las compañías de tecnología financiera.
"Las fintechs están lejos de desplazar a los grandes bancos de México, a pesar de su rápida expansión", señaló en un reporte la calificadora de riesgo crediticio Moody's Investors Service. "Los grandes bancos mantendrán su dominio en el sistema financiero al enfocarse en la parte superior de la pirámide económica, mientras que las fintechs atenderán a la enorme población de baja y nula bancarización".
De acuerdo con la agencia, una de las tres más importantes a nivel global, que la economía mexicana sea extensamente informal y dependiente de efectivo es un reto para los bancos, pero al mismo tiempo una oportunidad para las firmas tecnológicas, por lo que su crecimiento seguramente estará basado en ese segmento y las pequeñas y medianas empresas.
Pero ya hay compañías financieras que buscan atender el gran mercado --un tercio de los adultos en México no tiene ningún producto financiero-- desatendido por los grandes bancos, firmas de nicho como Compartamos o Banco Azteca, o entidades especializadas como las sofomes.
Sin embargo, estas firmas no ven la irrupción de las fintechs como una amenaza.
Para Compartamos, la filial bancaria en el país de Gentera, un grupo financiero con operaciones también en Perú y Guatemala, siempre que estos negocios estén adecuadamente regulados, son positivos tanto para el ecosistema como para los consumidores.
"Estoy convencido que el sector financiero tiene que ser regulado, transparente, que siga las mejores prácticas y bueno, pues después de una explosión de empresas fintech, salió la ley", dijo en entrevista Patricio Diez Bonilla, director general de la financiera. "Vemos con muy buenos ojos estos esfuerzos, tratar con modelos poco convencionales, innovadores de dar acceso a servicios financieros a personas excluidas de la banca tradicional".
La financiera considera que la nueva ola de negocios que han propiciado las nuevas tecnologías está en consonancia con su propio propósito de inclusión financiera, por lo que incluso tiene un laboratorio de innovación, denominado FinLab, a través del cual sigue de cerca el ecosistema emprendedor.
"La industria financiera en general, lejos de ver una amenaza tenemos que ver una oportunidad", agregó Diez. "Todos los participantes, no solo los financieros, estamos invirtiendo para digitalizar los procesos y la oferta a los clientes porque si no corres el riesgo de quedarte obsoleto".
Otros incluso consideran que el sector fintech no debería ser tomado en cuenta de manera separada de otras instituciones.
La Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple en México, o Asofom, la organización que vigila los intereses de los prestamistas que atienden distintos nichos de negocio, ve un panorama de transformación.
"Más que una ola de empresas que llegan a sacar del juego a las entidades tradicionales, lo que está sucediendo es que está ola está permeando a los bancos y las sofomes", dijo en una conversación telefónica Fernando Padilla Ezeta, presidente nacional de la Asofom.
Actualmente un tercio de las sofomes, que invierten --dependiendo de cada caso-- entre 20 y 30% de su presupuesto total en tecnología, ya son fintechs, y la Asociación prevé que para fines de 2020 el total de sus agremiados ya pueda considerarse también de ese sector.
Claro que no todo es inversión, y las financieras de objeto múltiple también llevan a cabo desarrollo interno con base en sus capacidades actuales, agregó Padilla.
Por ahora, no está sucediendo el movimiento de jugadores que algunos esperaban tras la irrupción de nuevas tecnologías, y los expertos consideran que la llegada de nuevas propuestas ha sido benéfica para los usuarios.
"El claro ganador es el consumidor, obliga a los bancos a invertir más", dijo Mendoza, de Actinver. "El invertir en tecnología los está haciendo más eficientes, hay ventajas en costos, en el uso de los servicios, en la penetración financiera".
