(Retransmite la nota publicada el 13 de septiembre)
Infosel, diciembre. 14.- Ford Motor Company (NYSE:F), la segunda armadora de automóviles de Estados Unidos, puso en marcha un nuevo plan de ensamble de uno de los sedanes que fabrica en México, el Fusion, lo que no implica necesariamente que vaya a dejar de producirlo en la ciudad de Hermosillo, en Sonora, pero es muy probablemente parte de la sacudida a la que se está sometiendo a nivel mundial para modernizarse.
La puesta en marcha del nuevo plan pareció que había sufrido un cambio drástico luego que la agencia de noticias Reuters reportó hoy que Ford trasladaría la producción tanto del Fusion mexicano como del Mondeo, otro sedán que la automotriz fabrica en Valencia, la tercera ciudad más grande de España, al municipio de Chongquing, en China y donde la compañía tiene una planta.
El supuesto cambio se daba, de acuerdo a la agencia de noticias, como parte de la alianza estratégica que ha establecido con empresa local Changan Automobile, y desde donde supuestamente iba a exportar el Fusion hacia Estados Unidos y Europa.
Ford, sin embargo, desmintió que planeara llevar a cabo ese cambio. "No tenemos planes de exportar la próxima generación de Fusion y Mondeo de China a América del Norte y Europa. Fusion y Mondeo son una parte importante de la alineación de automóviles de Ford", dijo la empresa en una respuesta enviada por correo electrónico. "Tendremos más para compartir sobre la próxima generación de Fusion y Mondeo en una fecha posterior".
Claro que a pesar de negar la exportación de esos modelos desde China, la automotriz no descartó en su respuesta la posibilidad de armar los modelos en China, un mercado en el que planea ampliar su presencia, ni tampoco la opción de realizar cambios en su producción en los dos países hispanoparlantes en los que produce hoy el Fusion y el Mondeo.
En lo que va de 2017 la compañía, que tiene su sede en Dearborn, Michigan, ha realizado diversos anuncios que suponen que gran parte de su estrategia tiene que ver con China. En esa nación cree que puede desarrollar de forma más eficiente características de conectividad y electrificación de sus vehículos, también lo ve como un mercado apetitoso, al ser uno de los más grandes del mundo y con habitantes cada vez con mejor poder adquisitivo.
En cambio, la empresa en México y Estados Unidos no pasa por su mejor momento, además de ventas bajas, tiene que enfrentar una difícil coyuntura política a raíz del arribo de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien con un tono beligerante prometió a quienes lo votaron para ocupar la Casa Blanca que compañías como Ford deberán de incrementar su manufactura local o bien, importar sus mercancías a un mayor costo.
Ante este escenario de por medio, México podría dejar de armar el Fusion y aunque Ford asegure que no lo exportará desde el gigante asiático a otros países, el país quedaría atrapado entre la retórica proteccionista de su mayor cliente, Estados Unidos, y los deseos de Ford de vender más autos en el país más poblado del mundo.
A principio del año, Ford canceló la construcción de una planta en San Luis Potosí, un proyecto de mil 600 millones de dólares, algo que fue relacionado por la opinión pública como un gesto de buena voluntad de la empresa con Trump, quien en ese entonces estaba por tomar la presidencia, aunque la armadora aseguró que era para reducir costos y porque el mercado norteamericano redujo su demanda por ese tipo de vehículos.
En ese momento Ford dijo que armaría su modelo Focus en Hermosillo, pero después, tras la entrada de un nuevo director general a la empresa, Jim Hackett, cambió de parecer.
En junio, Ford prefirió a China sobre Hermosillo para producir el Focus, como parte de una medida de eficiencia con la que espera ahorrar mil millones de dólares, el doble de lo que ahorraría si mantuviera sus planes de producción de ese modelo en México.
Hackett ha definido una estrategia de búsqueda de eficiencias con el fin de tener los recursos suficientes para posicionar a Ford ante los nuevos cambios tecnológicos del sector: electrificación, autonomía y movilidad.
A pesar de estos distanciamientos con México, no todo podría ser tan obscuro para el país dentro de los planes de la empresa. La semana pasada Ford dijo que planea establecer una línea de producción totalmente dedicada a eléctricos en su planta de Cuautitlán, en el Estado de México, que podría iniciar operaciones en 2020.
La jugada movería los planes en materia de eléctricos que la compañía había anunciado a su vez para su planta de Flat Rock, cercana a Detroit, que con los cambios se enfocaría al desarrollo de autónomos.
Por otro lado, la automotriz anunció que buscaría intensificar sus lazos con China, el principal mercado automotriz a nivel mundial, donde planea armar cinco vehículos nuevos para el mercado de ese país a partir de 2019.
Ford ha fijado la meta de incrementar en 50% sus ingresos provenientes de ese mercado en 2025, en comparación con lo registrado este año, por lo que enfocará sus energías en tres puntos: ofrecer más vehículos conectados, mayor cercanía con sus clientes chinos y el fortalecimiento de su estructura de negocio.
Infosel, diciembre. 14.- Ford Motor Company (NYSE:F), la segunda armadora de automóviles de Estados Unidos, puso en marcha un nuevo plan de ensamble de uno de los sedanes que fabrica en México, el Fusion, lo que no implica necesariamente que vaya a dejar de producirlo en la ciudad de Hermosillo, en Sonora, pero es muy probablemente parte de la sacudida a la que se está sometiendo a nivel mundial para modernizarse.
La puesta en marcha del nuevo plan pareció que había sufrido un cambio drástico luego que la agencia de noticias Reuters reportó hoy que Ford trasladaría la producción tanto del Fusion mexicano como del Mondeo, otro sedán que la automotriz fabrica en Valencia, la tercera ciudad más grande de España, al municipio de Chongquing, en China y donde la compañía tiene una planta.
El supuesto cambio se daba, de acuerdo a la agencia de noticias, como parte de la alianza estratégica que ha establecido con empresa local Changan Automobile, y desde donde supuestamente iba a exportar el Fusion hacia Estados Unidos y Europa.
Ford, sin embargo, desmintió que planeara llevar a cabo ese cambio. "No tenemos planes de exportar la próxima generación de Fusion y Mondeo de China a América del Norte y Europa. Fusion y Mondeo son una parte importante de la alineación de automóviles de Ford", dijo la empresa en una respuesta enviada por correo electrónico. "Tendremos más para compartir sobre la próxima generación de Fusion y Mondeo en una fecha posterior".
Claro que a pesar de negar la exportación de esos modelos desde China, la automotriz no descartó en su respuesta la posibilidad de armar los modelos en China, un mercado en el que planea ampliar su presencia, ni tampoco la opción de realizar cambios en su producción en los dos países hispanoparlantes en los que produce hoy el Fusion y el Mondeo.
En lo que va de 2017 la compañía, que tiene su sede en Dearborn, Michigan, ha realizado diversos anuncios que suponen que gran parte de su estrategia tiene que ver con China. En esa nación cree que puede desarrollar de forma más eficiente características de conectividad y electrificación de sus vehículos, también lo ve como un mercado apetitoso, al ser uno de los más grandes del mundo y con habitantes cada vez con mejor poder adquisitivo.
En cambio, la empresa en México y Estados Unidos no pasa por su mejor momento, además de ventas bajas, tiene que enfrentar una difícil coyuntura política a raíz del arribo de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien con un tono beligerante prometió a quienes lo votaron para ocupar la Casa Blanca que compañías como Ford deberán de incrementar su manufactura local o bien, importar sus mercancías a un mayor costo.
Ante este escenario de por medio, México podría dejar de armar el Fusion y aunque Ford asegure que no lo exportará desde el gigante asiático a otros países, el país quedaría atrapado entre la retórica proteccionista de su mayor cliente, Estados Unidos, y los deseos de Ford de vender más autos en el país más poblado del mundo.
A principio del año, Ford canceló la construcción de una planta en San Luis Potosí, un proyecto de mil 600 millones de dólares, algo que fue relacionado por la opinión pública como un gesto de buena voluntad de la empresa con Trump, quien en ese entonces estaba por tomar la presidencia, aunque la armadora aseguró que era para reducir costos y porque el mercado norteamericano redujo su demanda por ese tipo de vehículos.
En ese momento Ford dijo que armaría su modelo Focus en Hermosillo, pero después, tras la entrada de un nuevo director general a la empresa, Jim Hackett, cambió de parecer.
En junio, Ford prefirió a China sobre Hermosillo para producir el Focus, como parte de una medida de eficiencia con la que espera ahorrar mil millones de dólares, el doble de lo que ahorraría si mantuviera sus planes de producción de ese modelo en México.
Hackett ha definido una estrategia de búsqueda de eficiencias con el fin de tener los recursos suficientes para posicionar a Ford ante los nuevos cambios tecnológicos del sector: electrificación, autonomía y movilidad.
A pesar de estos distanciamientos con México, no todo podría ser tan obscuro para el país dentro de los planes de la empresa. La semana pasada Ford dijo que planea establecer una línea de producción totalmente dedicada a eléctricos en su planta de Cuautitlán, en el Estado de México, que podría iniciar operaciones en 2020.
La jugada movería los planes en materia de eléctricos que la compañía había anunciado a su vez para su planta de Flat Rock, cercana a Detroit, que con los cambios se enfocaría al desarrollo de autónomos.
Por otro lado, la automotriz anunció que buscaría intensificar sus lazos con China, el principal mercado automotriz a nivel mundial, donde planea armar cinco vehículos nuevos para el mercado de ese país a partir de 2019.
Ford ha fijado la meta de incrementar en 50% sus ingresos provenientes de ese mercado en 2025, en comparación con lo registrado este año, por lo que enfocará sus energías en tres puntos: ofrecer más vehículos conectados, mayor cercanía con sus clientes chinos y el fortalecimiento de su estructura de negocio.