Por Guillermo Parra-Bernal y Ana Mano
SAO PAULO, 2 sep (Reuters) - Las crecientes tensiones en el proceso de bancarrota de la brasileña Oi (SA:OIBR3) han llevado a algunos tenedores de bonos a considerar al gobierno de Brasil como un posible aliado, frente a inversores a quienes consideran una amenaza para la supervivencia de la mayor compañía de telefonía del país.
Acreedores privados y sus asesores se han reunido en las últimas semanas con miembros del gabinete, ejecutivos de bancos controlados por el estado y el regulador de la industria Anatel para discutir cómo alejar a inversores deshonestos que podrían intentar dividir a Oi en medio de un proceso de reorganización, dijeron a Reuters siete personas involucradas en el proceso.
El esfuerzo por hallar coincidencias con el Gobierno se da luego de que funcionarios brasileños prometieron en junio mantener distancia cuando Oi solicitó protección por bancarrota, tras colapsar las discusiones para reestructurar 65.400 millones de reales (20.000 millones de dólares) en deuda.
Los riesgos son altos. Oi OIBR4.SA es la mayor compañía de telefonía fija, da empleo a unos 140.000 empleados, y es la única operadora en 1.800 localidades brasileñas, casi un tercio de los 5.500 municipios del país.
Varios bancos estatales han prestado miles de millones de reales a Oi, lo que ha llevado a importantes acreedores y a funcionarios a discutir opciones antes de la presentación del plan de recuperación de la compañía, previsto para la próxima semana.
"Visualizamos un plan en el que los acreedores privados asuman pérdidas acorde a su toma de riesgos y que no prevalezca ningún accionista predador", dijo un importante funcionario del Gobierno que pidió anonimato por lo sensible del asunto.
"El ideal sería que todos comprendieran que la nuevo Oi debe brindar servicios de calidad", agregó.
La opinión predominante entre las agencias estatales es que algunos de los inversores que buscan el control de Oi a través de litigios quieren que los bancos estatales que le prestaron dinero a la operadora asuman fuertes pérdidas, una situación que el funcionario calificó de "preocupante".
Un plan reciente del inversor brasileño Nelson Tanure y sus socios en el fondo Société Mondiale FIA por destituir a parte del directorio de Oi y presentar un plan de recuperación paralelo que involucra la venta de algunos activos no esenciales ha atemorizado a algunos funcionarios del gobierno, dijeron algunas de las personas involucradas.
Oi le debe a Anatel y a los bancos Banco do Brasil SA BBAS3.SA , Caixa Econômica Federal SA y BNDES una suma combinada de 20.000 millones de reales (6.200 millones de dólares), lo que convierte al Gobierno en el segundo acreedor de la operadora después de los bonistas.
(1 dólar = 3,2264 reales) (Reporte adicional de Tatiana Bautzer en São Paulo y Leonardo Goy en Brasilia; editado en español por María Cecilia Mora)