El movimiento es alcista en las bolsas europeas y también entre los futuros de índices estadounidenses, aunque estos últimos ya habían tocado terreno negativo esta mañana. La inflación en Estados Unidos es lo más destacado del día, aunque un incremento del indicador en el país ya está descontado en los precios de los activos. Según las estimaciones de los economistas, la inflación medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de EE.UU. aumentará en diciembre hasta el 7,1%. De confirmarse, sería el mayor ritmo de crecimiento en casi cuatro décadas.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años se mantenía cerca del 1,74%. El petróleo subía en día de divulgación del Informe de inventarios de crudo de la Administración de Información Energética (EIA) de EE.UU. En Europa, las mineras y las empresas energéticas llevaron al índice Stoxx 600 Europe a una segunda jornada de ganancias.
Los mensajes del presidente de la Fed, Jerome Powell, ayer fueron bien recibidos por el mercado y podrían seguir resonando hoy. En un discurso cuidadoso, siguió con la afirmativa de que el banco central no dudará en actuar, si es necesario, para contener la inflación, lo que significa subir los tipos de interés, hoy cercanos a cero. Al menos por ahora, parece que la preocupación por la táctica de la Fed se ha disipado: los operadores podrán pasar página y priorizar en sus movimientos de compra y venta en los resultados financieros de las empresas - además de la inflación, por supuesto.
Powell describió las medidas planificadas por la Reserva Federal como un alejamiento de la política ultraexpansiva aplicada para luchar contra la pandemia, pero no hasta el punto de hacerla girar hacia un sesgo restrictivo, capaz de enfriar la economía. Indicó, por ejemplo, que la lucha contra la escalada de precios no sacrificará la creación de empleos.
Powell también señaló que la Fed “probablemente” comenzará a reducir su balance de US$ 8,77 billones en 2022 tras comenzar a subir los tipos de interés. Entre los analistas, el mensaje que resuena es que la Fed no tomará ninguna medida brusca, ni siquiera en lo que respecta a la compra de activos para irrigar el mercado, el llamado tapering.
Según el mandatario, a lo largo de este año la política de la Fed no hará más que acercarse a lo “normal”, aunque desde donde estamos ahora “hay un largo camino hacia la normalidad”, dijo.