Los estrategas de JPMorgan reiteraron una calificación de “Infraponderada” sobre la renta variable, ya que, en su opinión, la recompensa del riesgo sigue siendo escasa en los niveles actuales.
Mencionan "la desaceleración de la economía, con una probable recesión a partir del 4T23/1T24, el debilitamiento de las tendencias de consumo (se espera que el exceso de ahorros COVID se agote en octubre, y la reanudación del reembolso de los préstamos estudiantiles se convierte en un lastre de 10,000 millones de dólares al mes), el aumento del posicionamiento de los inversionistas y la significativa revalorización de las acciones en lo que va de año" como principales vientos en contra a los que se enfrenta el mercado bursátil estadounidense.
Por otra parte, JPMorgan sobrepondera el efectivo, mientras que el banco recortó su asignación al crédito. El caso base de JPMorgan sigue siendo que una recesión en EE.UU. es probable que comience cerca de fin de año, que es lo contrario de los mercados de fijación de precios en una baja probabilidad de recesión.
"Esta valoración benigna y complaciente del riesgo de recesión, junto con los crecientes indicios de que está surgiendo un ciclo crediticio, nos hace volvernos más negativos sobre los bonos corporativos y más positivos sobre los bonos del gobierno", añadieron los estrategas.
Tanto ellos como otros de los principales estrategas de Wall Street, incluidos los de Morgan Stanley, aún no han visto materializarse sus previsiones bajistas para este año en medio del repunte de la renta variable impulsado por la inteligencia artificial.