Volkswagen AG (ETR:VOWG_p) ha anunciado la rescisión de varios acuerdos laborales, incluida una garantía de empleo hasta 2029 en seis de sus fábricas alemanas. Esta decisión abre la puerta a posibles despidos a partir del próximo año, una medida que ha sido recibida con una fuerte oposición por parte de los representantes de los trabajadores.
La cancelación de estas garantías de empleo de larga duración forma parte de una iniciativa más amplia de Volkswagen para reducir gastos, ya que se enfrenta a la competencia de fabricantes asiáticos más rentables.
La drástica medida de la empresa está en consonancia con anteriores advertencias de que podría cerrar instalaciones alemanas por primera vez en sus 87 años de historia, una posibilidad que ha causado alarma en la industria automovilística y llamado la atención del Gobierno alemán.
El director laboral de Volkswagen, Gunnar Kilian, declaró que la reducción de costes en Alemania es esencial para que la empresa pueda autofinanciar las inversiones en nuevas tecnologías y productos.
Ante la incertidumbre que rodea a los acuerdos laborales, Kilian ha propuesto adelantar las negociaciones salariales, previstas inicialmente para mediados o finales de octubre, con la posibilidad de convocar huelgas a finales de noviembre. El comité de empresa, sin embargo, insta a que las conversaciones comiencen antes, este mismo mes.
El jefe del comité de empresa de Volkswagen se ha comprometido a luchar contra los despidos y el cierre de plantas, atribuyendo los problemas de la empresa a decisiones de la dirección. El sindicato IG Metall ha sugerido la opción de una semana laboral de cuatro días para evitar los cierres, lo que recuerda a las medidas de ahorro de los años noventa.
En medio de retos económicos como el lento crecimiento, el aumento de los precios de la energía y las inciertas relaciones comerciales con China, la situación de Volkswagen está poniendo a prueba la tradición alemana de relaciones laborales cooperativas.
Si no se llega a un acuerdo antes del próximo mes de junio, entrarán en vigor los convenios laborales anteriores a 1994, lo que irónicamente conllevará un aumento salarial para los empleados de las plantas afectadas debido a componentes salariales adicionales como la paga extra de Navidad y el aumento de las horas extraordinarias.
Sin embargo, la posibilidad de despidos operativos, que no ha sido una opción durante décadas, está ahora sobre la mesa. El comité de empresa insistió en la necesidad de llegar a un compromiso negociado para evitar despidos forzosos a partir del verano de 2025, que simultáneamente desencadenarían importantes aumentos de costes para los empleados restantes.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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