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CIUDAD DE MÉXICO, 3 dic (Reuters) - El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó el martes los intentos de Estados Unidos de someter a México a la supervisión de su mercado laboral, y dijo que el Senado tendrá la última palabra antes de aprobar algún cambio al nuevo acuerdo comercial de América del Norte.
Los legisladores mexicanos aprobaron el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) a mediados de este año, pero los demócratas han retrasado la ratificación en el vecino del norte en busca de una aplicación más estricta de las normas laborales establecidas en el acuerdo. su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador reiteró que su gobierno está comprometido con fortalecer los derechos de los trabajadores y dijo que el Senado deberá revisar los acuerdos que finalmente se alcancen en el TMEC.
"Debería consultarse al Senado mexicano antes de ser ratificado" el TMEC, dijo el mandatario respecto a la posibilidad de hacer alguna adenda al acuerdo.
López Obrador agregó que México no está dispuesto a aceptar que inspectores extranjeros supervisen la implementación de nuevas leyes laborales en su país.
El mayor gremio empresarial dijo que veía con "gran preocupación" algunas demandas de Estados Unidos en materia laboral que resultaban "extremas" y "totalmente inaceptables", sin dar detalles. "El respeto a la soberanía de México no es negociable", dijo el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en un comunicado divulgado el lunes.
México, sin embargo, estaría de acuerdo con la creación de paneles conjuntos con representantes nacionales, de Estados Unidos y un tercero, por ejemplo, en caso de que haya una controversia en alguna empresa, según el mandatario.
De cara a las elecciones estadounidenses del 2020, los demócratas han recibido presiones de los sindicatos que exigen garantías para que la segunda economía latinoamericana no retroceda en los compromisos de fortalecer los derechos laborales.
Los sindicatos estadounidenses buscan establecer condiciones similares para los trabajadores de los tres países para desincentivar el traslado de compañías al otro lado de la frontera sur, donde los costos son menores y la capacidad de fabricación ha aumentado significativamente. (Reporte de Abraham González y Dave Graham, editado por Ana Isabel Martínez y Sharay Angulo)