RÍO DE JANEIRO, 16 ago (Reuters) - Una de las reivindicaciones favoritas de Joao Havelange era que cuando llegó a la FIFA para asumir como presidente en 1974, encontró 20 dólares en la caja y una sede central que se caía a pedazos.
Según sus palabras, cuando se fue había 4.000 millones de dólares en la caja fuerte, 100 millones en propiedades y la FIFA tenía más miembros que Naciones Unidas.
Havelange falleció el martes a los 100 años en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro.
Durante sus 24 años como presidente de la FIFA, el brasileño transformó la organización y su evento principal: el Mundial. Consiguió patrocinadores que aportaron enormes sumas de dinero al torneo para convertirlo en un evento enormemente lucrativo.
Dentro de la cancha, la competición pasó de tener 16 equipos en 1974, casi todos procedentes de Europa y Sudamérica, a 32 en 1998, con los cupos agregados beneficiando a las confederaciones de África, Asia y América Central y del Norte.
Pero Havelange también era frecuentemente acusado de ser autocrático, y su reinado fue manchado por denuncias de corrupción y marcado por la pelea con uno de los más grandes exponentes del deporte, su compatriota Pelé.
Su carrera como administrador deportivo, que comenzó en 1956 cuando encabezó la delegación brasileña en los Juegos Olímpicos de Melbourne, terminó con descrédito cuando renunció al Comité Olímpico Internacional (COI), citando problemas de salud pero en medio de acusaciones de corrupción.
La dimisión se produjo poco después de que el comité de ética del COI programara su veredicto acerca de una investigación sobre sus presuntos vínculos con International Sport and Leisure (ISL), ex socio de mercadeo de la FIFA.
ISL quebró en 2001 con deudas por unos 300 millones de dólares. Un programa de la cadena BBC acusó a Havelange en 2010 de haber aceptado dinero de ISL a cambio de los lucrativos contratos del Mundial de fútbol.
MUNDIALES POLÉMICOS
Havelange sucedió al mando de la FIFA al inglés Stanley Rous en 1974, tras cosechar votos africanos a través de su reclamo por mayor representación del continente en el Mundial.
"El Mundial de 1966 fue en Inglaterra, el presidente de la FIFA en aquel momento era inglés y el presidente de la comisión de arbitraje de la FIFA era inglés", recordó Havelange durante una audiencia del Congreso brasileño en 2000.
"Recuerdo que en nuestros tres partidos de primera ronda, contra Portugal, Hungría y Bulgaria, siete de las nueve autoridades -tres árbitros y seis asistentes- eran ingleses. Naturalmente, no pasamos la primera ronda", agregó.
Cuando Havelange abandonó la presidencia de la FIFA, África, Sudamérica, Asia y América Central y del Norte tenían más cupos en el Mundial.
De todos modos, el Mundial estuvo rodeado de varias polémicas. El de 1978 se disputó en Argentina, bajo una brutal dictadura militar que usó el torneo para cubrir sus acciones.
Cuatro años después, el campeonato contó por primera vez con 24 equipos, pero se vio manchado por el triunfo de Alemania Occidental 1-0 sobre Austria, lo que permitió a ambas selecciones pasar a la segunda ronda a expensas de Argelia.
En México 1986, los partidos se jugaron bajo un calor agobiante para coincidir con las programaciones televisivas, un problema que se repitió ocho años después en Estados Unidos.
Havelange estaba muy orgulloso de que la FIFA tuviera cerca de 200 asociaciones miembro. "Cuando dejé la FIFA el 8 de julio de 1998 teníamos 194 naciones miembro y visité a casi todas ellas (...) una de las excepciones fue Afganistán, que estaba en guerra".
No fumaba, no bebía ni apostaba, nadaba todos los días y se jactaba de haber respondido a cada una de las 6.000 cartas que recibió durante su presidencia.
ENEMISTADO CON PELÉ
Su relación con Pelé se rompió después de que el ex futbolista criticara al yerno de Havelange, Ricardo Teixeira, quien en ese entonces era presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Havelange desairó a Pelé al no invitarlo al sorteo del Mundial de 1994. Luego amenazó con suspender a Brasil de la FIFA después de que el ex astro, como ministro de Deportes de su país, diseñara un proyecto de ley que, en parte, tenía intenciones de cambiar la manera en que se manejaba el fútbol.
Havelange decía que él lanzó la carrera de Pelé al asegurarse que el delantero fuera incluido en el plantel de Brasil en el Mundial de Suecia 1958. "Siempre lo traté como un hijo. Agarren cualquier diario de aquel tiempo y verán que en 1958, cuando él tenía 17 años, yo fui duramente criticado por llevar a un niño a jugar al fútbol", sostuvo una vez.
"Él se convirtió en el mejor jugador del mundo por lo que fue y como consecuencia de haber tenido cuatro años extra".
Nacido en Río de Janeiro en 1916, Havelange se unió al club Fluminense y practicó varios deportes. Nadó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y jugó para la selección brasileña de waterpolo en Helsinki 16 años después.
Tras encabezar la delegación en Melbourne, asumió como presidente de la Confederación Brasileña de Deporte (CBD) en 1958. Luego se unió al COI en 1963.
En el 2009, Río de Janeiro ganó el derecho a organizar los Juegos del 2016. Un año antes, en los Olímpicos de Pekín, le había dicho a Reuters: "Mi sueño es tener los Juegos Olímpicos en mi ciudad en el año de mi cumpleaños número 100". "Espero verlo allí nuevamente".
(Editado en español por Javier Leira)